martes, 19 de septiembre de 2017

Las seis normas para conducir por autovía de forma segura

Las cifras de siniestralidad de la última Operación Salida tienen una clara moraleja: por muy buenas que sean nuestras autovías, y por muy buenas que sean las condiciones de las que recorremos, siempre hay que respetar a rajatabla las normas de circulación y seguir al dedillo las recomendaciones de los expertos. Para que no tengas problemas con tus viajes este verano, vamos a repasar las 6 normas para conducir por autovía de forma segura.

Las autovías y autopistas no están exentas de peligros

La semana pasada tuvo lugar la segunda operación salida del verano de la DGT. Una operación salida atípica pues comenzó el pasado viernes 28 de julio y se prolongó hasta la noche del pasado martes 1 de agosto. Fue también de especialmente alto tráfico pues a los desplazamientos de inicio de vacaciones se sumaron los propios del fin de semana y los que se realizan con motivo de la operación Paso del Estrecho. En total han sido, según las estimaciones de la DGT, 8,3 millones de desplazamientos de largo recorrido en las carreteras españolas.
Así pues, durante esos días se han producido 18 accidentes de tráfico con un total de 22 víctimas mortales. Se da la circunstancia de que la mayoría de los fallecidos (13) han perdido la vida en vías de alta capacidad –autopistas y autovías–, a pesar de que como hemos dicho en otras ocasiones son las convencionales las que acaparan el 80% de los accidentes viales. También es reseñable que el accidente más grave, donde perdieron la vida tres jóvenes, tuvo lugar en la AP – 7, a la altura de Sant Celoni, a pesar de que también hemos visto aquí que las autopistas de peaje son las que están más cerca de la carretera perfecta.
Ante estos datos, vamos a profundizar en la normativa y recomendaciones para circular por estas vías de alta capacidad.
las 6 normas para conducir por autovía de forma segura: cuidado durante las operaciones de tráfico

1. Respetar los límites de velocidad

Olvida cualquier regla matemática o alternativa sobre la velocidad para adelantar o a la que salta el radar. En autovía y autopista, la velocidad máxima es 120 km/h, sin excepción. Incluso para adelantar, pues a diferencia de lo que ocurre en vías convencionales, no debemos invadir el carril contrario y podremos rebasar con total seguridad al vehículo a esa velocidad.

2. Mantener la distancia de seguridad

La distancia de seguridad es, como sabemos, la distancia mínima que debemos mantener con los vehículos que tenemos delante. Es caso de que alguno de éstos tenga algún percance, esta distancia es la que nos dará el tiempo suficiente para frenar y evitar colisionar.
Cada vez son más frecuentes (aunque todavía son insuficientes) los chevrones o galones, esas marcas viales que nos sirven de referencia para poder mantener la distancia de seguridad. Las veremos principalmente en autovías y autopistas, pues es en este tipo de vías con mayor límite de velocidad donde debemos ser más cuidadosos con la distancia de seguridad. A mayor velocidad de nuestro vehículo, mayor distancia de seguridad.
las 6 normas para conducir por autovía de forma segura: mirar por los retrovisores

3. Mirar por los espejos retrovisores

En la tarea de poder anticiparnos a cualquier eventualidad en la vía, el retrovisor será uno de nuestros mejores aliados. Gracias a ellos, podremos incorporarnos con seguridad por los carriles de incorporación y tendremos controlados a aquellos vehículos que circulan por detrás de nosotros. Así, sabremos si mantienen la distancia de seguridad o si tienen la intención de adelantarnos.
Esto es especialmente importante, porque hay que tener en cuenta que mirar por el retrovisor no es un consejo, sino una obligación. En caso de percance, aunque tú estés por delante, esto no te exime de tu responsabilidad si el vehículo anterior ha señalizado correctamente la maniobra de adelantamiento.
Otra norma básica con respecto al retrovisor en las autovías y autopistas es la obligación de mirar antes de señalizar y realizar cualquier maniobra. Así que no te olvides de esta regla: mirar por el retrovisor – señalizar con el intermitente – realizar la maniobra.

4. Usar los intermitentes para señalizar cualquier movimiento

El uso del intermitente para señalizar nuestros movimientos es una de las normas básicas del código de circulación. Es de las primeras cosas que aprendemos en la autoescuela, y  de las faltas que se sancionan como grave si no lo hacemos en el examen. Aun así, es muy frecuente –demasiado– encontrarnos con conductores de los que conducen “como si estuvieran en su casa” que pasan de señalizar sus movimientos.
En autovía y autopista es más importante si cabe el uso del intermitente. Siendo mayor la velocidad a la que circulamos, el tiempo de reacción ante cualquier eventualidad es menor. Por eso debemos accionarlo para señalizar cualquier movimiento o maniobra que realicemos: adelantamientos (antes y después), incorporaciones o salidas desde un carril de incorporación, cualquier cambio de carril, etc. Y recuerda, el intermitente se pone ANTES de realizar el movimiento, NO CUANDO ya estamos realizándolo.
las 6 normas para conducir por autovía de forma segura: usar los intermitentes

5. Respetar a los vehículos que se incorporan a la vía

Los carriles de incorporación fueron un pequeño gran avance de la ingeniería que facilitaba la incorporación de los vehículos a las vías convencionales y evitaba muchos peligros de los cruces normales. Con la llegada de las autopistas y autovías, aparecieron también los carriles de aceleración, que además de la incorporación permitían hacerlo a la velocidad adecuada la de la vía.
Pero como es lógico, cuando los vehículos se incorporan a través de estos carriles, lo harán al carril de la derecha. La seguridad en dicha maniobra radica en que puedan hacerlo a la velocidad habitual de la vía. Por ello, debes facilitarles la incorporación cambiándote al carril de la izquierda. Si no fuera así y estos vehículos no tuviesen el espacio suficiente, tendrían que aminorar la marcha ante el final del carril y podrían tener que aminorar la marcha, con el consecuente peligro que ello podría producir.

6. Circular por el carril derecho

Aunque son bastantes las circunstancias en las que podemos usar los carriles centrales e izquierdo en una autovía o autopista (para adelantar, para permitir la incorporación a la vía de otro vehículo, para tomar una salida o desvío), como normal general siempre hay que circular por el carril derecho.
No es una cuestión de gustos, sino de que podremos entorpecer significativamente el tráfico. Como sabemos, no podemos adelantar por la derecha y si alguien nos quiere superar, tendrá que hacerlo por otro carril más a la izquierda o simplemente aminorar la marcha. Es una norma tan básica que se trata de una infracción tipificada como grave en la Ley de Tráfico y nos pueden sancionar con 200 euros.

Imágenes | iStock: TomasSeredaAlexandragl119mas05Rasica

Fuente:DGT/Circula Seguro

martes, 12 de septiembre de 2017

Acrofobia, agorafobia o la gefirofobia: las fobias desconocidas que afectan a la conducción

Una fobia es un temor extremadamente irracionalintenso, de carácter enfermizo y constante que impide afrontar ciertos escenarios. Curiosamente, a la conducción se le han atribuido muchas más de las que podríamos imaginar: miedo a padecer accidentes viales (distiquifobia), a sentarse en un vehículo (catisofobia), a viajar en carretera (hodofobia) o a conducir por una calle estrecha (estenofobia), son solo algunos ejemplos.
De los citados arriba, y a pesar que parezcan reales, ninguno está reconocido por la Sociedad Española de Psiquiatría, que sólo admite aquellos de los que tiene documentación basada en evidencias. Te traemos tres términos de fobias reconocidas y comprobadas científicamente ¿Quieres saber de qué se tratan?
Acrofobia, agorafobia y gefirofobia se encuentran relacionadas con la conducción y resultan ser un verdadero problema para aquellas personas que las sufren en su día a día.
La comunidad médica advierte que tales fobias presentes son fruto de experiencias traumáticas pasadas. En el caso de que sufras alguno de estos miedos que te mostramos a continuación, es muy posible que hayas vivido una experiencia poco agradable en tu infancia en la carretera.  Y ,aunque creas no haberlos vivido nunca, los médicos aseguran que en un gran número de ocasiones la persona no recuerda haber pasado por una experiencia traumática.
Si una persona está expuesta a la fuente que provoca cualquiera de estas fobias, esta puede interferir en su funcionamiento normal, generando un estado de gran ansiedad e incluso un nivel de pánico que lleve a un bloqueo al volante.
A continuación, te explicamos en qué consiste cada una.

La acrofobia y el miedo a las alturas al conducir

Aunque en un principio te pueda parecer una invención, este término está admitido. Significa tener un miedo extremo a las alturas (precipicio, pendiente pronunciada, miradores, etc), que en el acto de conducir se producen en las carreteras de montaña al circular al borde de desfiladeros y atravesar precipicios. También puede aflorar esta fobia a quien la padece en las cuestas muy pronunciadas y los viaductos considerablemente elevados.
Este tipo de fobia afecta a entre un 2 y un 5 % de la población, y es mucho más frecuente en mujeres que en hombres, según comenta el psicólogo Arturo Torres a través de su blog Psicología y Mente, entre los síntomas que se manifiestan en la acrofobia se encuentran “agitación y tensión muscular, ansiedad, pánico, pérdida de control, taquicardia y dolor de cabeza”.
Su tratamiento implica “enfrentarse a la fuente del miedo gradualmente, estableciendo objetivos simples y a corto plazo”, según manifiesta este psicólogo.
Para poder hacerlo se puede “ir físicamente a lugares elevados, al principio acompañados de un psicoterapeuta o utilizar elrecurso de la realidad virtual”, señala.
También aclara que para realizar la mencionada exposición es “imprescindible contar con la supervisión y dirección de un profesional suficientemente instruido en estas técnicas y que esté dedicado al ámbito de la psicología de la salud”.

Agorafobia, el miedo a espacio a abiertos o incluso a viajar

Esta fobia está identificada con el miedo que tiene alguien a estar en espacios abiertos, salir de casa o incluso viajar. Pero los que la padecen sienten un miedo aterrador a sufrir un ataque de ansiedad en algún sitio concreto y no poder escapar con rapidez. Es por ello que un automóvil es un lugar poco aconsejado para quienes la padecen.
La motivación del temor a los espacios abiertos radica en la “posibilidad de sufrir un ataque de pánico, en medio de una muchedumbre y no tener a alguien de confianza a su lado o algún refugio donde acudir, como por ejemplo su hogar”, puntualiza Valentina Martín, psicóloga asentada en Madrid, a través de su blog fobias raras.
Las personas agorafóbicas suelen experimentar  “pérdida de control y una desagradable sensación de impotencia al sentirse expuestos”, afirma.
Para Valentina, la “agorafobia es un asunto muy serio si no es tratado oportunamente, pudiendo llegar a limitar las actividades diarias de una persona, convirtiéndola en una persona dependiente”.

La gefirofobia, miedo a cruzar puentes

Este término científicamente correcto tiene que ver con el miedo que sufre alguien al tener que cruzar un puente por la sensación que le produce creer que caerá hacia abajo.
Para un gefirofóbico “conducir a través de un puente o ver alguno incluso en fotos o películas puede causarle un ataque de ansiedad”, apunta Valentina Martín.
A menudo los pacientes con gefirofobia reconocen que su ”temor es injustificado e irracional, pero se sienten completamente incapaces de manejarlo”.
Esta es una fobia relativamente sencilla de diagnosticar a las personas que la padecen y los factores comunes que inciden en el desarrollo de la misma son patrones de conducta adquirida, como es el hecho de imitar a otra persona de influencia en su vida que expresaba este miedo, así como experiencias traumáticas.
Precisamente de éstas últimas, Valentina Martín cuenta el caso de una joven gefirofóbica a la que atendió y cuyo trastorno se originó en la niñez, cuando “de forma casual presenció la acción suicida de un hombre que se arrojó al vacío desde la altura del Viaducto de Segovia. Desde ese momento comenzó a desarrollar gefirofobia y acrofobia”.
La gefirofobia es una patología “muy debilitante que puede incapacitar para conducir y perjudicar las opciones de una persona a determinada oportunidad laboral por lo que si se padece es urgente solicitar asistencia profesional”, concluye.

Fuente: DGT/Circula Seguro

martes, 5 de septiembre de 2017

He perdido el carnet de conducir. ¿Qué hago?

Son cosas que pasan, pero a los demás. Algo tan tonto como olvidar la cartera en algún lugar, o llevar el carnet aparte y perderlo puede sucederle a cualquiera, lo que ocurre es que siempre nos creemos que eso le pasa a otros. Sin embargo un buen día llegas a casa, palpas el bolsillo donde sueles llevar la carterita con el permiso y… oh sorpresa: has perdido el carnet de conducir. ¿Y ahora qué?
Afortunadamente, lo que ocurre después es bastante fácil de resolver. Siempre que no tengas algún impedimento por lo judicial para circular, bastará con realizar un sencillo papeleo en la Jefatura de Tráfico que te corresponda y listo. A continuación te contamos lo que debes hacer si has perdido el carnet de conducir.
Lo primero, deja de martirizarte: has perdido la tarjeta que representa tu carnet, pero no has perdido el derecho a conducir. Eso sí, no conviene circular sin el permiso porque conlleva una sanción, según el artículo 60 del Real Decreto Legislativo 339/1190, de 2 de marzo, por el que se aprueba el texto Articulado de la Ley sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial, por no presentar a un agente de la autoridad el permiso supone 10 euros (5 si pagas antes de 20 días). Lo que no queremos es circular por ahí sin nuestro carnet, así que toma nota.
Lo primero, lo que comentamos: “las Jefaturas Provinciales y Locales de Tráfico, previa solicitud de los titulares de un permiso o licencia de conducir en vigor, expedirán duplicados de los mismos en los casos de sustracción, extravío o deterioro del original“. Así que respira tranquilo.

El trámite para conseguir el duplicado del carnet de conducir es rápido en la Jefatura de Tráfico que te corresponda. Primero, deberás solicitar cita previa por Internet para poder acudir. En principio, no tendrás ningún problema para solicitarlo, siempre y cuando no tengas ningún impedimento judicial para conducir.
Si tu carnet no te ha caducado, cuando lo has extraviado, no has perdido tu derecho a conducir. Por ello, deberás solicitar un duplicado de tu permiso o licencia de conducir, según la ley vigente, aportando la siguiente documentación:
  1. Solicitud en impreso oficial (ver el documento)
  2. DNI, pasaporte o Tarjeta de Residencia en vigor.
  3. Fotografía actualizada si el permiso está expedido en soporte de cartulina (algo muy raro hoy en día, en franca decadencia), porque si está expedido en tarjeta de plástico no es necesario aportarla. El único requisito de las fotos, aparte de las dimensiones (32 x 26 mm), es que muestre el rostro completo y no se permite el uso de cristales oscuros o de prendas que tapen el óvalo del rostro.
Esto es, lógicamente, para el caso de que el carnet se haya extraviado. Si se solicita un cambio por deterioro es necesario aportar el documento original, y si es por robo tendrá que haber una denuncia de por medio. Al pedir un duplicado por extravío es necesario abonar unas tasas que varían anualmente. Para 2017 la tasa es de 20,20 euros para el permiso y licencia de conducción, pero como digo, varían cada año y se consultan en la web de la DGT.
Ten en cuenta que si se pierde o extravía y la fecha de renovación está cercana a los seis meses, Tráfico te permite renovar.

Fuente: DGT/Circula Seguro

martes, 29 de agosto de 2017

El peligro de los atropellos en ciudad, cómo evitarlos

Seis de cada diez accidentes se producen en ciudad, aunque afortunadamente el número de víctimas es menor comparado con los accidentes en autopistas y carreteras secundarias. Aún así el dato negativo lo encontramos en los atropellos al peatón. Este tipo de incidente ocupó el segundo puesto como accidente mortal más frecuente, sólo por detrás de la salida de la vía.
Al día se producen en España 27 atropellos en zona urbana y de éstos un 20% provocan heridas graves o mortales. ¿Y dónde están las causas?
En este sentido el propio peatón tiene que hacer autocrítica porque uno de cada tres atropellos fue provocado por una imprudencia de la persona que iba caminando por la calle: no respetar el semáforo, cruzar la calle por una zona indebida o hacerlo manipulando el teléfono móvil, algo que reconocen hacer cada vez más viandantes. También tiene la culpa la falta de iluminación de algunas calles, de hecho un 35% de los atropellos mortales tienen lugar en este tipo de vías durante el crepúsculo o la noche.

El peatón sí puede prevenir atropellos

¿Y cómo lo puede hacer? Aquí van algunos consejos para que andar por las calles sea más seguro:
  • El paso de peatones hay que cruzarlo con decisión, sin detenerse pero sin correr. Hazlo en línea recta y no hagas movimientos bruscos no previsibles por los conductores.
  • Una mirada vale más que mil palabras y en el caso de los peatones y conductores también se puede aplicar: muestra tu intención de cruzar el paso de peatones mirando al conductor que se acerca. Una vez que comiences a cruzar no dejes de vigilar algún que otro vehículo que se aproxime.
  • Es peligroso cruzar por detrás de un vehículo mientras esté aparcando.
  • Tampoco inicies la maniobra de cruzar una calle saliendo de entre los coches u obstáculos que dificulten la visibilidad de los conductores.
  • Es importante educar a los niños para que sean buenos peatones y se comporten con seguridad en las calles. Enséñales a pararse ante un paso de peatones, mirar hacia los lados y a no correr al cruzar la calle.
  • Cuando bajes de un vehículo, intenta hacerlo por el lado de la acera, especialmente si se trata de niños.
Los peatones son usuarios vulnerables por lo que el papel de los conductores para prevenir atropellos es clave. ¿Qué deben hacer? Principalmente reducir la velocidad en zonas frecuentadas por peatones y en barrios residenciales, respetar la velocidad máxima establecida en ciudad, asegurarse de que no hay peligro en las maniobras marcha atrás y, muy importante, no hacer señas a peatones para que crucen porque puede haber otros conductores que no se den cuenta y acaben provocando un accidente.
También es muy recomendable que los conductores elijan neumáticos con buen agarre en mojado (etiqueta A o B), ya que consigue frenar recorriendo una distancia menor ¡metros claves para evitar un atropello!

martes, 22 de agosto de 2017

¿Cuándo es obligatorio circular por el carril bici?

Aunque la existencia de los carriles bici supone una serie de ventajas indudables para el tránsito de las bicicletas, esto no significa que su uso no acarree dudas y hasta más de una polémica. Quizá el conflicto estrella para el carril bici sea el que vamos a tratar en este artículo, y que se deriva de la siguiente cuestión. ¿Es obligatorio circular por el carril bici cuando existe?
Se trata de una cuestión sencilla de respuesta algo más compleja, a tenor de las dudas que han venido surgiendo según el uso de la bicicleta ha ido popularizándose como medio de transporte urbano e interurbano. Vamos a analizar qué nos indica el Reglamento de Circulación y las interpretaciones que la DGT ofrece.
Vayamos primero al Reglamento General de Circulación, fuente de esta polémica. En el artículo 36 de su sección tercera se establece que:
Los conductores de vehículos de tracción animal, vehículos especiales con masa máxima autorizada no superior a 3.500 kilogramos, ciclos, ciclomotores, vehículos para personas de movilidad reducida o vehículos en seguimiento de ciclistas, en el caso de que no exista vía o parte de ella que les esté especialmente destinada, circularán por el arcén de su derecha, si fuera transitable y suficiente para cada uno de éstos, y, si no lo fuera, utilizarán la parte imprescindible de la calzada.

¿Qué son las señales R-407a y S35?

Existe una señalización, la señal circular R-407a, que obliga de forma específica a que los ciclos circulen por el carril habilitado en cuestión. Podemos decir que ha sido la R-407a  la que ha atraído en parte los quebraderos de cabeza entre conductores y ciclistas.
Señales r407a y s35
Para entender el motivo hay que saber que, para aderezar el Reglamento, los entes regionales y, sobre todo, los locales, así como un sinnúmero municipios, establecen en sus ordenanzas diferentes criterios sobre la obligación de uso del carril para los ciclistas.
Aquí es donde se ha podido llegar a confundir la cuestión de la señalización, porque ha habido casos en los que se ha utilizado la señal R-407a, pero bajo circunstancias algo complicadas. Hablamos de ejemplos en los que el carril no está suficientemente acondicionado para la circulación de todo tipo de bicicletas, o en los que ni siquiera existía la intención de obligar al tránsito exclusivo de ciclos por el carril.
La polémica ha provocado que algunos ayuntamientos, como por ejemplo el de Madrid, estén sustituyendo la señal circular por otra cuadrada, la S35, más idónea para cumplir esa labor informativa. Y es que, a diferencia de la R-407a, que implica obligatoriedad, la S35 es una recomendación para utilizar la vía establecida para bicicletas.

¿Pero qué dice la DGT sobre el carril bici?

La DGT  se ha pronunciado en varias ocasiones al respecto para recordar que el la función de la famosa señal R-407a. Según la interpretación dada por la DGT, sirve para indicar que los carriles bicis son de uso exclusivo para los ciclistas,  y que estos deben circular por el carril bici cuando esta señalización lo indique.
Aquí entran de nuevo las ordenanzas municipales, que en algunas ocasiones obligan al ciclista a usar el carril bici independientemente de que exista o no señal. ¿Pueden exigir a un ciclista que circule por el carril bici? ¿Me pueden llegar a multar como ciclista si no lo hago? La respuesta a amba es que sí, dado que si el Reglamento de Circulación dispone de un vacío el municipio puede regularlo. En líneas generales:
  • Si hay carril bici, se recomienda usarlo (se obliga, en algunos municipios).
  • Si hay señal R-407a, es obligatorio usar el carril bici siempre.
Hay que tratar el asunto con suma cautela, pues la DGT no ha dejado de recordar, incluso a través de Twitter incluidos, el significado de la R-407a. En caso de que esta no esté presente, pero sí exista carril bici, nos aconseja que como ciclistas hagamos uso del mismo.

Hay carril bici, ¡pero qué carril!

Hasta aquí la lección teórica. Pero como sabemos, de la teoría a la práctica puede haber una enorme diferencia. Los carriles bicis segregados de la vía no es que abunden. Más bien, nuestro país arroja una rica variedad de tipos de carril bici y ciclocarriles. Estos distan de ser perfectos y nos obligan a extremar la precaución. Lo que hay que tener muy en cuenta es cómo están señalizados.
Nuestro papel como usuarios de la vía pública ha de ser el de cumplir las normas que todos necesitamos para mantener la seguridad vial; sin olvidarnos del respeto y la comprensión hacia el resto de usuarios de la vía.

Fuente: DGT/Circula Seguro

domingo, 30 de julio de 2017

Día Mundial de la salud: las 6 enfermedades más comunes que afectan a la conducción



Hoy día 7 de abril se celebra el Día Mundial de la Salud, una jornada que conmemora el aniversario de la fundación de la Organización Mundial de la Salud en 1948, y que pone de relieve también un tema que es de interés prioritario en la población. En cuanto a lo relacionado con la conducción, cabe destacar que la salud y la seguridad vial tienen una relación directa, sobre todo en lo que se refiere a siniestralidad, pues como es lógico, un conductor enfermo o bajo tratamiento tiene más posibilidades de verse implicado en un accidente, ya que algunos medicamentos pueden afectar al funcionamiento del organismo y, por tanto, a la conducción. La mala salud es un tema preocupante de por sí, que en días como hoy debe tratarse y hacerse visible, pero si planteamos la mala salud en un contexto a manos de un vehículo, es un tema doblemente preocupante y que cada año se ve reflejado en las estadísticas.
Aquí podemos encontrar un resumen de algunas de las enfermedades, síntomas y tratamientos que más pueden afectar a la conducción, y que habría que tener en mente a la hora de saber si estamos plenamente capacitados para sentarnos al volante.

El cáncer

Entre los principales problemas que afectan a la conducción encontramos enfermedades como el cáncer, o más concretamente, las personas o pacientes diagnosticados de cáncer. Aunque es verdad que cada caso es distinto, ya que depende mucho del órgano afectado, el tipo de tratamiento, los efectos secundarios, la evolución o la sintomatología, entre otros, el cáncer produce una alteración sobre la capacidad de conducir, por un lado por sus síntomas (vómitos, dolor, náuseas, etc) como por los efectos secundarios que provocan los diferentes fármacos. Por todo ello es conveniente dejar de conducir y, a ser posible, que familiares y amigos, así como el servicio público, puedanfacilitar la movilidad y traslado de personas en tratamiento.
Existen tres tipos de tratamiento, la cirugía, los fármacos y la radioterapia, aplicados en función del tipo y localización del cáncer, que junto a medicamentos como los antineoplásicos (clásicos), las hormonas y las terapias inmunitarias puede conllevar efectos adversos con la capacidad de ponerse al volante. Además de todo esto, el cáncer es una enfermedad que conlleva un esfuerzo alto por parte del paciente y su círculo más cercano, por lo que cuestiones psicológicas como el estado de ánimo, la ansiedad, las alteraciones de sueño y la fatiga pueden ser determinantes a la hora de poder tener un estilo de vida normal, que incluya la conducción.

La depresión

Para la OMS en el día de hoy, la depresión encabeza la lista de causas de enfermedad, problemas de salud y discapacidad en todo el mundo, pues según las últimas estimaciones se calcula que alrededor de 300 millones de personas viven con depresión. La falta de apoyo y diagnóstico impide el acceso al tratamiento para poder llevar una vida productiva y saludable. En España encontramos la tasa más alta de síntomas depresivos en población adulta (cerca del 5%), algo mayor en mujeres que en hombres.
La depresión tiene síntomas variados que afectan directamente a la conducción como son el sueño, la falta de concentración, la fatiga, la pérdida de concentración, taquicardia, sudoración e, incluso, los pensamientos suicidas. Además, el tratamiento con antidepresivos provoca efectos secundarios muy grandes, sobre todo en las primeras etapas del tratamiento (a partir de 2-3 semanas disminuyen los efectos), que afectan a las capacidades psicomotoras y cognitivas. Es importante informar de las reacciones y el cumplimiento de las pautas que nos indiquen en la supervisión médica rutinaria.
El paciente con antidepresivos no puede conducir, a no ser que el seguimiento del médico lo valore y lo crea adecuado. Desde aquí recomendamos un sueño amplio y de calidad, realización de ejercicios y deporte al aire libre, potenciando la actividad en el exterior y en días luminosos de sol, una alimentación basada en una dieta sana sin grasas, y no tomar más que los medicamentos recetados, poniéndose siempre en manos del médico.

La alergia

Varía según la persona, hábitat, tipo de polen y época de polinización, aunque sus síntomas aumentan las posibilidades de sufrir accidentes o un siniestro vial. El cansancio, la fatiga visual, el picor de ojos, el dolor de cabeza, la mucosidad y la sensación de resfriado, la sequedad de garganta, la tos y rachas de estornudos y el lagrimeo provocan reacciones incompatibles con la conducción, por lo que se debe evitar conducir bajo algún episodio alérgico. Se debe acudir a un médico que recete un tratamiento adecuado,informando sobre sus incompatibilidades con el coche y sobre el cuidado con la medicación: los efectos secundarios de los antihistamínicos y la lectura detallada de sus contraindicaciones y prospectos.
Es siempre recomendable conducir con las ventanillas subidas y el vehículo limpio en su interior y siempre cerrado, para evitar la entrada de polvo en el aire; sustituir o revisar el estado del filtro de aire para conseguir un habitáculo limpio e impedir la entrada de polen, polvo, hollín, bacterias, hongos y esporas; el uso de gafas de sol ayuda a reflectar los rayos perjudiciales y deslumbramientos ante la sensibilidad ocular; no transportar mascotas susceptibles de soltar pelo que puedan provocarnos reacciones alérgicas; evitar fumar ya que además de ser una distracción puede molestar al conductor por vía nasal y ocular.

Enfermedades hematológicas

Son aquellas que provocan algún tipo de disfunción plaquetaria, como por ejemplo la anemia, en sus diferentes tipologías. En general la anemia es una disminución del nivel de hemoglobina o hematocrito asociada a infecciones, sangrado digestivo, ginecológico o urológico (frecuente en mujeres de mediana edad por alteraciones menstruales), al hipotiroidismo o enfermedades de médula ósea. En los casos más comunes se debe a una deficiencia de hierro o vitamina B12, provocando una fatiga creciente, somnolencia, cansancio, taquicardia, mareos, sudoración, pérdida de concentración o una disnea de esfuerzo, directamente relacionadas con dificultades en la conducción.
Es recomendable no conducir hasta que esté resuelta la anemia, sobre todo si hay mareo y sueño frecuentes, así como pérdida de sensibilidad en extremidades inferiores o hiperactividad de reflejos, ya que no sólo ponemos nuestra vida en peligro, si no también la del resto de usuarios. Si ya estamos bajo tratamiento está permitido conducir, siempre y cuando continuemos con una supervisión médica. Hay que tener en cuenta que es nuestra responsabilidad controlar los síntomas y parar el vehículo si no nos sentimos en disposición de continuar la marcha, ya que en los casos moderados o severos pueden provocarnos una pérdida total del control del vehículo.

Enfermedades respiratorias

Existen diferentes tipos y no todas son incompatibles con la conducción, aunque también depende del momento en el que se dan los síntomas o una racha fuerte de insuficiencia respiratoria. Ejemplos como la bronquitis aguda no es incompatible con la conducción, aunque otras en principio menos comprometidas como el asma, sí pueden serlo si provocan indicios fuertes en momentos de concentración máxima. El asma provoca una obstrucción de la vía aérea con inflamación bronquial provocada en la mayoría de los casos por estrés, infecciones, realización de ejercicio, el aire frío o la contaminación del ambiente. Cuando se produce tos seca o señales de ahogo es necesario el uso de un broncodilatador, pero en los casos más graves es importante no conducir ya sea por su importancia como por los efectos provocados por una fuerte medicación con antihistamínicos que provoquen sueño. Desde aquí alertamos del peligro que existe con la automedicación en estos casos y otros.

Enfermedades digestivas

Son desde vómitos intermitentes, hasta dolor abdominal, diarrea, estreñimiento, hemorroides, celiaquía, entre muchos otros. Este tipo de afecciones provocan pérdida de fuerza, palidez, sudoración, taquicardia, hipotensión arterial, piel fría y malestar constante. Además de un tratamiento adecuado, se debe beber mucho líquido, evitar alimentos grasos y no fumar, consumir pequeñas comidas intercaladas y respetar su horario, ejercicio de manera regular con una vida relajada, limitar las comidas que produzcan gases, pero comer productos ricos en fibra, fruta y verdura. Durante el tratamiento farmacológico deben evitarse situaciones que requieran un estado especial de alerta, como la conducción de vehículos, ya que puede provocar somnolencia, sedación, cefaleas y en ocasiones irritabilidad. En casos como la diarrea que supongan un aumento llamativo del número de deposiciones diarias, se puede ver impedido el desarrollo continuado de las actividades cotidianas, entre ellas la conducción, por lo que es mejor evitarlo.

Imágenes | iStock zstockphotos AndreyPopov kieferpix
Fuente: Circula Seguro