La población española ve como su esperanza de vida aumenta año tras año, provocando así un envejecimiento poblacional derivado, a su vez, de la baja natalidad. ¿Tiene este hecho consecuencias en nuestras carreteras? Sin duda que sí. Los conductores de edad avanzada constituyen un sector de riesgo muy susceptible a ser partícipes en siniestros viales debido principalmente a la merma de sus capacidades motoras al volante, consecuencia de la edad y su estado de salud. Los mayores de 65 años forman el tramo de edad con más víctimas mortales por accidente de tráfico y entre todos debemos orientar el foco para evitar que siga siendo así.
Más de 65 años, triplica las posibilidades de accidente
Según la Comisión Europea, la tasa de mortalidad y de siniestralidad en conductores mayores de 75 años se está multiplicando exponencialmente en relación a la media estadística con el resto de la población, sobre todo, en relación a los grupos noveles y jóvenes. Según el Barómetro de Salud Vial en Mayores encargado por Fesvial, una persona mayor de 65 años, en concreto, triplica las posibilidades de fallecimiento en un accidente de tráfico a un joven de 20 años. Dentro de este sector, los varones duplican a las mujeres en las posibilidades de siniestro, aunque son ellas quienes conducen hasta más avanzada edad.
En el quinquenio del 2010 al 2015, la siniestralidad creció enormemente de 12.288 accidentes hasta más de 17.000, mientras en la estadística general casi uno de cada cuatro accidentados son mayores de 65 años. Datos que nos hacen reflexionar, pues en nuestro país hay más de 3 millones de mayores de 65 con carnet de conducir vigente, lo que puede suponer no sólo que la tasa de accidentalidad crezca, si no también diversas consecuencias para la seguridad vial.
La población en España marca un claro rumbo hacia el envejecimiento, con el problema de la disminución de la natalidad y una población de vida cada vez más longeva, lo que se traduce en un cambio en la generación de conductores. Una cosa está clara, y es que una persona mayor es más susceptible de cometer infracciones de tráfico, no sólo por la falta de habilidad en situaciones complejas, si no también porque generalmente conducen vehículos de mayor antigüedad. Las zonas urbanas, residenciales y vías de servicio concentran el mayor número de siniestros en los que hay mayores implicados, principalmente por comportamientos en los que las deficiencias sensoriales o motoras de percepción y atención se hacen más evidentes.
Incluso cuando estos no adoptan actitudes características de otros grupos de edad, como son el uso del teléfono móvil o el consumo de alcohol al volante, los mayores caen en otras pautas diferentes como la de no respetar las prioridades y preferencias de paso o incorporación de carril, superar o no alcanzar la velocidad máxima o mínima establecida, desatender los retrovisores, maniobras marcha atrás indecisas, no considerar las distancias de seguridad o no parar en los stop.
En un mayor sano es probable encontrar también dificultades para recoger toda la información del entorno y actuar en consecuencia durante la conducción. De este modo, la pérdida progresiva de la agudeza visual o el uso de medicamentos, así como los problemas de audición, provocan un empeoramiento de la capacidad de adaptación, falta de sensibilidad a la oscuridad o, al contrario, excesiva ante deslumbramientos, dificultad de localización de otros usuarios o sirenas de emergencia, lentitud para reaccionar ágilmente ante estímulos u obstáculos de forma motora y articular, y conflictos a la hora de tomar decisiones rápidas y relevantes en carretera.
¿Dónde se debe poner el foco?
La legislación española no establece un límite de edad para conducir, tan sólo existe una prórroga o vigencia de 5 años del carnet a partir de los 65. Por su parte, tener autonomía para los desplazamientos es uno de los principales motivos por los que los mayores se mantienen en la conducción, algo que sin duda facilita su actividad social, aunque en caso de verse con limitaciones, también son los primeros en disponer de medios alternativos como el autobús, el tren o el taxi. Antes que conducir en malas condiciones, como tráfico denso o mala visibilidad, prefieren moverse durante el día y siempre con el cinturón de seguridad abrochado.
Por todo ello, una de las medidas que ayude a facilitar sus desplazamientos tanto como conductores, como en el caso de ser peatones, sería mejorar la legibilidad de la señalización de tráfico en carreteras y ciudades, simplificar el interior de los vehículos para permitir una mayor accesibilidad a los mayores y la recomendación de consejos para gestionar mejor los problemas derivados de la edad. La Guía de Consejo Sanitario Vial será el método que asesore no solo al conductor mayor sino también a sus familiares, acerca del momento en el que decidir abandonar el volante. Además, su intención es la de que sea repartido entre los diferentes profesionales de centros médicos para facilitar su distribución entre este sector poblacional.
Si eres mayor de 65 años y necesitas cierta orientación sobre tu conducción y seguridad, desde Circula Seguro te recomendamos que respondas a estas cuestiones que te ayudarán a discernir si eres responsable al volante:
- No soy capaz de mantenerme conduciendo en mi carril y pienso que molesto al resto de usuarios.
- He sufrido algunos siniestros, que aunque leves, son continuados.
- Me cuesta un esfuerzo reconocer las rutas y suelo desorientarme en carretera.
- Confundo los pedales de aceleración y freno y, en ocasiones, no reacciono a tiempo.
- Mi entorno cercano me ha prevenido ocasionalmente sobre coger el coche.
- En ciudad, no distingo los obstáculos o personas con facilidad y he tenido que dar un frenazo.
- En definitiva, ¿mi conducción es igual de segura a la de hace diez años?
Fundación Mapfre y los mayores
La Fundación Mapfre se ha consolidado como una de las instituciones con mayor conciencia en la necesidad de ayudar a los mayores en la conducción. Para ello dispusieron para todo el mundo la primera web sobre seguridad vial dirigida a este sector, donde se ofrece toda la información necesaria para este colectivo y quienes se encargan de su atención.
Los mayores, por su parte, deben ser conscientes de las limitaciones que pueden ir generando por cuestiones relacionadas con la edad y su estado de salud, y por ello en la web de la Fundación pueden encontrar todo tipo de consejos de seguridad no sólo para conductores, sino también para motociclistas, ciclistas y peatones; vídeos explicativos con sencillos ejercicios de visión, audición, reflejos, coordinación y memoria; pruebas psicotécnicas entretenidas que recomiendan acudir a la revisión en caso de puntuación baja.
Entre otros consejos, recordamos la necesidad de descansar cada hora y media de conducción y de mantenerse hidratado; evitar circular en horarios nocturnos o con densidad alta de tráfico; realizar las maniobras con tranquilidad y sin prisa; evitar distracciones y mantenerse concentrado en la carretera. Por supuesto, resulta imprescindible realizar revisiones médicas frecuentes para detectar problemas y prevenir riesgos, y del mismo modo revisar el estado de salud de tu vehículo para que en ningún caso él sea la causa de accidente.
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