lunes, 30 de abril de 2018

¿Qué moto es mejor para un novato?

A la hora de elegir tu primera moto debes evitar cualquier elemento pasional que suponga poner como prioridad otra característica que no sea la seguridad. En este excitante mundo de la motocicleta, son muchos los principiantes que toman decisiones más con el corazón que con la cabeza, lo que puede suponer un riesgo a largo plazo, como una mala experiencia que te haga perder la pasión por las dos ruedas.
Es por ello que si es la primera vez que te decides por este vehículo, tengas mil y una dudas que te ronden la cabeza, ya que decantarse por una no es una tarea nada fácil. ¡Toma nota y ten en cuenta estos puntos para comenzar la aventura con seguridad y entusiasmo!

Tamaño, peso y estatura adecuados

Al hablar de un conductor novato, deberíamos puntualizar qué tipo de novato es, pues es muy diferente alguien que ya ha tanteado el terreno de los ciclomotores y que quiere pasarse a las motos grandes, que alguien que se quiere iniciar en las de mayor potencia sin experiencia previa.
Lo ideal para que la iniciación sea de manera gradual es comenzar con una de 250 bicilíndrica de 60 o 70 cv de potencia, que suelen ser más dóciles, sencillas y manejables, pero a su vez con una potencia suficiente para hacerte disfrutar de la carretera. Pero sobre todo habrá que fijarse en la ligereza que te pueda ofrecer, practicando en lugares apartados para probar maniobras de giro, aceleramientos y frenadas, moviéndola de lado a lado y conociendo sus tiempos de reacción. Siéntete a gusto sobre ella y dale importancia a llegar bien con los dos pies al suelo, si no estarías escogiendo mal.
Por lo general la tipología naked podrían encajar perfectamente con esta descripción, por la amplitud de su potencia (a partir de 125 cc) y la comodidad que permite su ausencia de carenado, con el motor al descubierto, que las hacen menos deportivas y llamativas, pero más manejables y ‘aparcables’ en los circuitos urbanos.

Si la postura es cómoda y flexible, es tu moto

Por supuesto, es imprescindible que notes la seguridad de controlar tú a la moto y que no sea ella la que te lleve a ti, por lo que una postura cómoda sobre una moto con geometría conservadora y un diseño estándar te permitirá llevar tu montura de manera más predecible y por tanto, segura. Adecua la altura del asiento al tu propia estatura según el peso de la moto, para obtener un equilibrio cómodo y establecer tus propias limitaciones. Recomendamos también aquellas donde predomine la ligereza y la accesibilidad, con motos con el centro de gravedad más bajo y que sean más compactas, como las tipo naked o de carretera, pues ya habrá tiempo de subir las prestaciones más adelante.

Según el uso y capacidad que busques

En la actualidad no hay malas motos, si no malas elecciones. Es por ello que hay que pensar con detenimiento el uso que le vas a dar, por ejemplo valorando si será tan sólo tu medio de transporte diario, como divertimento los fines de semana o para largos viajes con o sin acompañante. Y más tarde escoger la que más te guste. La capacidad de carga es otro elemento a tener en cuenta si tienes pensado guardar habitualmente tu casco, ordenador, cartera o ropa, o si tienes previsto pilotar acompañado.
En las zonas urbanas, para trayectos de casa al trabajo y viceversa, una moto de 125 de tipo Maxiscooter ofrece una mejor cilindrada que los ciclomotores automáticos y se mueve perfectamente. Además posee un baúl de carga perfecto para cargar con bolsas de viaje o para ir al trabajo. Seguramente sea más que suficiente ya que una de mayor cilindrada puede ser hasta peligrosa dentro de la ciudad, por su menor capacidad de reacción ante imprevistos. Aunque no descartamos empezar con una scooter de práctica, pues para el transporte es un medio limpio, económico y con buena capacidad.
Por el contrario, en zonas de carretera, autopistas y durante el viaje, lo mínimo para poder pilotar a gusto sería una de 300 o de cilindrada media-alta con mayores prestaciones de tipo Gran Turismo. Estas son perfectas para recorrer kilómetros en compañía por la comodidad y amplitud de sus asientos, pero pueden resultar caras y ostentosas para alguien que está comenzando a pilotar. Aunque bien es verdad, que en el caso de un novato alguna moto de tipo mixto como las 200cc vitaminadas, consideramos que sería lo ideal.
Para actividades lúdicas puedes plantearte una más grande y potente o una de enduro o trial, que da grandes satisfacciones y permite embarrarte, aunque si estás comenzando puede suponer un escalón demasiado atrevido. Con el permiso de conducir A aspiras a la mayoría de tipologías sin restricciones respecto a cilindrada o potencia por lo que podrías ponerte a prueba con modelos Trail o Quads, más todo terreno pero también útiles en viajes largos por su amplia capacidad de carga.

¿Con o sin marchas?

Es la pregunta del millón y el pánico de los que se suben por primera vez. Hacerse a las marchas de la moto es como cambiar a un coche automático, tiene su dificultad pero inicial, pero si estás convencido merecerá la pena. Una moto te durará muchos años así que te acabarás acostumbrando a las marchas más rápido de lo que piensas y una moto con pocas marchas terminará limitando el disfrute de tu vehículo. En cualquier caso y como ya hemos visto, todo es en función del uso que le demos. Una scooter de bajo precio y con la marcha automática para moverse por ciudad es más que suficiente

En función de tu presupuesto

Hay que caer en la cuenta de que una moto de potencia media-baja tiene un precio de 2 o 3 veces un sueldo promedio, por ello tenemos que entrar a valorar cuánto está dispuesto a gastar un principiante en su primera moto, partiendo de que la usará como aprendizaje y prueba. Una moto barata y de calidad que puede servir como herramienta de transporte sin llegar a cantidades superiores a los 2.000 euros podría ser la KYMCO Agility City 125, una referente dentro de las Urbanas, con rueda alta y una gran capacidad que resulta ilusionante para empezar.
Si te atreves con otros modelos más polivalentes, de bajo consumo y de mayor calidad podrías decantarte por una Honda CB500F, una moto de turismo y deportiva, que ofrece un mundo nuevo de posibilidades, pero a un precio bastante mayor (5.049 euros). Como ya hemos comentado antes, las de tipo mixto resultarían una excelente elección, con marcas de renombre como KTM, Kawasaki, Yamaha o BMW.

Potencia y sistemas de seguridad

En este sentido recomendamos que adquieras una primera moto de potencia limitada para evitar emociones descontroladas de tu puño derecho, para que desde ahí puedas ir subiendo poco a poco de cilindrada. El aprendizaje debe ser gradual para que la conducción sea del todo segura y las motos más grandes son más complicadas de manejar, pesan más y pueden ser más agresivas, por lo que escoger una moto con un reparto de potencia más equilibrado y regulado en su distribución sería una buena línea de pensamiento.
La conducción tiene sus riesgos que tanto la moto como tú podéis solventar, por ejemplo con una conducción en modo defensivo, anticipando las reacciones de otros usuarios, sin fiarse de ningún movimiento en falso y mirando dos veces a tu alrededor. Es importante volver a recordar la necesidad de ir siempre bien equipado, independientemente de la época del año en la que vayas a salir a pilotar. No escatimes en calidad y confort cuando tu seguridad está en juego. El casco, la chaqueta, las botas, los guantes y las protecciones de espalda y hombros son esenciales en caso de caída.
No temas el peligro de una frenada con el freno delantero, más que nada porque hoy en día todos los vehículos de dos ruedas cuentan con sistemas de ayuda a la frenada como el ABS o sistemas de frenada combinada que reparte mejor la potencia en ambas ruedas, desde la implantación de la normativa Euro 4. Así tendrás un plus de seguridad y confianza que te permitirá ganar destreza y habilidad para decidirte más adelante por motos más grandes y potentes.

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lunes, 16 de abril de 2018

La nomofobia, otro factor de riesgo en la conducción

La nomofobia es un trastorno psicológico que se caracteriza por una adicción a los dispositivos portátiles en general y al teléfono móvil en particular. Un fenómeno social que puede provocar la falta de concentración en tareas importantes como es el caso de la conducción y, en consecuencia, una mayor probabilidad de tener un siniestro vial tras una distracción al volante. Pero, veamos cuales son sus síntomas y cómo evitar que nos afecte.

Cuales son los límites de la atención

Siempre hemos alertado sobre el peligro que supone utilizar un teléfono móvil mientras se conduce. Ya lo contamos hace unos años tras un suceso real ocurrido en una carretera en EE.UU, donde una conductora muere tras publicar un mensaje con selfie incluído en Facebook. De ahí, nuestros títulos o mensajes que trasladamos a los jóvenes: Autofoto o selfie al volante: la prueba de la imprudencia; Selfie al volante, esquela con rostro; Si te haces un selfie: no conduces; cómo perder la vida en unos segundos, etcétera… David Strayer, un destacado investigador americano, nos cuenta que las simulaciones de conducción en su laboratorio han demostrado que hablar a través de un teléfono móvil, incluso con un dispositivo de manos libres, es tan peligroso como conducir ebrio.
El cerebro humano es un ordenador muy potente pero tiene limitaciones que reducen la atención en tareas importantes como, por ejemplo, la conducción. Utilizar el teléfono móvil mientras se conduce provoca una falta de atención en la que uno deja de percibir información real sobre las señales de tráfico. Por ejemplo, en nuestra memoria a corto plazo podemos retener simultáneamente un número limitado de elementos. Si nos vemos en una intersección regulada por semáforos son muchos los detalles que debemos tener en cuenta: si existen peatones, vehículos que nos preceden y nos siguen, situación y elección del carril adecuado.
Si, además, añadimos advertir un contratiempo como pudiera ser la luz intermitente amarilla del semáforo por avería, el hecho de utilizar un teléfono móvil durante la conducción nos restaría concentración. Prestar atención a otra cosa supone un cambio de situación, es decir, quitar de la memoria a corto plazo los elementos de la tarea anterior y poner la información de la tarea nueva.

¿Cómo sabemos si tenemos nomofobia?

nomofonia conduciendo
Existen ciertos síntomas que deberían hacer saltar las alarmas sobre comportamientos que presentan adicción a las pantallas táctiles:
Sensación de ansiedad: la falta de recepción de llamadas, notificaciones y mensajes, incluso nerviosismo.
Taquicardias: la falta de teléfono móvil tras una incidencia o tras quedarse sin batería o cobertura.
Pensamientos obsesivos: comprobar con frecuencia y de forma insistente el hecho de disponer del teléfono móvil por miedo a no llevarlo tras salir de casa.
Dolor de cabeza: pensar en una posible pérdida del teléfono móvil a pesar de tenerlo en un lugar seguro.
Dolor de estómago: síntomas anteriores que se repiten con frecuencia hasta el punto de afectar en la forma de vida.

Ante éstos síntomas, es aconsejable consultar con una persona especializada en adicciones y en el tratamiento de la seguridad personal o la autoestima. El abuso del teléfono móvil se produce muchas veces porque la persona se siente presionada en algunos aspectos de su vida y de los que debería liberarse. Si se repite éste comportamiento en cualquiera de nosotros puede incluso afectar a nuestro comportamiento y a labores habituales como, por ejemplo, en la conducción. La disposición a utilizar el teléfono móvil se hace de forma inconsciente y sin tener en cuenta la repercusión que tiene sobre la atención y control sobre los mandos y dirección de cualquier vehículo.

Si conduces, ¡apaga el móvil!

En consecuencia, debemos evitar el uso del teléfono móvil e incluso las conversaciones con manos libres si vamos conduciendo salvo que se trate de una emergencia y siempre que lo hagamos a motor parado y en lugar seguro para no afectar al resto de usuarios. Tener una conversación, por ejemplo, con nuestra pareja mientras conducimos hasta nuestro destino, es una oportunidad perfecta para decir: “Te dejo que te centres en la carretera, podemos hablar cuando llegues…” La situación lo requiere. Es más, debemos estar atentos a otros conductores que puedan ir distraídos y para ello hay que mantener el control, es decir, estar preparados para reaccionar cuando veamos que alguien (cualquier conductor, peatón o usuario) realice algún movimiento incorrecto.
De ahí, que nuestro actual Reglamento General de Circulación regule en su artículo 18 las obligaciones del conductor y que cito textualmente:
1. El conductor de un vehículo está obligado a mantener su propia libertad de movimientos, el campo necesario de visión y la atención permanente a la conducción, que garanticen su propia seguridad, la del resto de los ocupantes del vehículo y la de los demás usuarios de la vía. A estos efectos, deberá cuidar especialmente de mantener la posición adecuada y que la mantengan el resto de los pasajeros, y la adecuada colocación de los objetos o animales transportados para que no haya interferencia entre el conductor y cualquiera de ellos.
Se considera incompatible con la obligatoria atención permanente a la conducción el uso por el conductor con el vehículo en movimiento de dispositivos tales como pantallas con acceso a internet, monitores de televisión y reproductores de vídeo o DVD. Se exceptúan, a estos efectos, el uso de monitores que estén a la vista del conductor y cuya utilización sea necesaria para la visión de acceso o bajada de peatones o para la visión en vehículos con cámara de maniobras traseras, así como el dispositivo GPS.
2. Queda prohibido conducir y utilizar cascos o auriculares conectados a aparatos receptores o reproductores de sonido, excepto durante la correspondiente enseñanza y la realización de las pruebas de aptitud en circuito abierto para la obtención del permiso de conducción de motocicletas de dos ruedas cuando así lo exija el Reglamento General de Conductores.
Se prohíbe la utilización durante la conducción de dispositivos de telefonía móvil y cualquier otro medio o sistema de comunicación, excepto cuando el desarrollo de la comunicación tenga lugar sin emplear las manos ni usar cascos, auriculares o instrumentos similares.

La Ley de Seguridad Vial establece que el conductor debe prestar atención permanente a la conducción. Lo que quiere decir que existen otras tareas no menos peligrosas como, por ejemplo: comer o beber, discutir con los pasajeros, maquillarse o afeitarse de camino al trabajo, leer un mapa de carreteras, etcétera… Por tanto, al volante sólo existe una tarea y es la conducción permanente a la conducción.
Y recuerda, ninguna llamada de teléfono móvil puede ser más importante que nuestra propia vida.

Vía | Nomofobia

lunes, 9 de abril de 2018

Qué supone para la seguridad vial el envejecimiento de la población

La población española ve como su esperanza de vida aumenta año tras año, provocando así un envejecimiento poblacional derivado, a su vez, de la baja natalidad. ¿Tiene este hecho consecuencias en nuestras carreteras? Sin duda que sí. Los conductores de edad avanzada constituyen un sector de riesgo muy susceptible a ser partícipes en siniestros viales debido principalmente a la merma de sus capacidades motoras al volante, consecuencia de la edad y su estado de salud. Los mayores de 65 años forman el tramo de edad con más víctimas mortales por accidente de tráfico y entre todos debemos orientar el foco para evitar que siga siendo así.

Más de 65 años, triplica las posibilidades de accidente

Según la Comisión Europea, la tasa de mortalidad y de siniestralidad en conductores mayores de 75 años se está multiplicando exponencialmente en relación a la media estadística con el resto de la población, sobre todo, en relación a los grupos noveles y jóvenes. Según el Barómetro de Salud Vial en Mayores encargado por Fesvial, una persona mayor de 65 años, en concreto, triplica las posibilidades de fallecimiento en un accidente de tráfico a un joven de 20 años. Dentro de este sector, los varones duplican a las mujeres en las posibilidades de siniestro, aunque son ellas quienes conducen hasta más avanzada edad.
En el quinquenio del 2010 al 2015, la siniestralidad creció enormemente de 12.288 accidentes hasta más de 17.000, mientras en la estadística general casi uno de cada cuatro accidentados son mayores de 65 años. Datos que nos hacen reflexionar, pues en nuestro país hay más de 3 millones de mayores de 65 con carnet de conducir vigente, lo que puede suponer no sólo que la tasa de accidentalidad crezca, si no también diversas consecuencias para la seguridad vial.
mayores y conducción
La población en España marca un claro rumbo hacia el envejecimiento, con el problema de la disminución de la natalidad y una población de vida cada vez más longeva, lo que se traduce en un cambio en la generación de conductores. Una cosa está clara, y es que una persona mayor es más susceptible de cometer infracciones de tráfico, no sólo por la falta de habilidad en situaciones complejas, si no también porque generalmente conducen vehículos de mayor antigüedad. Las zonas urbanas, residenciales y vías de servicio concentran el mayor número de siniestros en los que hay mayores implicados, principalmente por comportamientos en los que las deficiencias sensoriales o motoras de percepción y atención se hacen más evidentes.
Incluso cuando estos no adoptan actitudes características de otros grupos de edad, como son el uso del teléfono móvil o el consumo de alcohol al volante, los mayores caen en otras pautas diferentes como la de no respetar las prioridades y preferencias de paso o incorporación de carril, superar o no alcanzar la velocidad máxima o mínima establecida, desatender los retrovisores, maniobras marcha atrás indecisas, no considerar las distancias de seguridad o no parar en los stop.
En un mayor sano es probable encontrar también dificultades para recoger toda la información del entorno y actuar en consecuencia durante la conducción. De este modo, la pérdida progresiva de la agudeza visual o el uso de medicamentos, así como los problemas de audición, provocan un empeoramiento de la capacidad de adaptación, falta de sensibilidad a la oscuridad o, al contrario, excesiva ante deslumbramientos, dificultad de localización de otros usuarios o sirenas de emergencia, lentitud para reaccionar ágilmente ante estímulos u obstáculos de forma motora y articular, y conflictos a la hora de tomar decisiones rápidas y relevantes en carretera.

¿Dónde se debe poner el foco?

mayores y conducción
La legislación española no establece un límite de edad para conducir, tan sólo existe una prórroga o vigencia de 5 años del carnet a partir de los 65. Por su parte, tener autonomía para los desplazamientos es uno de los principales motivos por los que los mayores se mantienen en la conducción, algo que sin duda facilita su actividad social, aunque en caso de verse con limitaciones, también son los primeros en disponer de medios alternativos como el autobús, el tren o el taxi. Antes que conducir en malas condiciones, como tráfico denso o mala visibilidad, prefieren moverse durante el día y siempre con el cinturón de seguridad abrochado.
Por todo ello, una de las medidas que ayude a facilitar sus desplazamientos tanto como conductores, como en el caso de ser peatones, sería mejorar la legibilidad de la señalización de tráfico en carreteras y ciudades, simplificar el interior de los vehículos para permitir una mayor accesibilidad a los mayores y la recomendación de consejos para gestionar mejor los problemas derivados de la edad. La Guía de Consejo Sanitario Vial será el método que asesore no solo al conductor mayor sino también a sus familiares, acerca del momento en el que decidir abandonar el volante. Además, su intención es la de que sea repartido entre los diferentes profesionales de centros médicos para facilitar su distribución entre este sector poblacional.
Si eres mayor de 65 años y necesitas cierta orientación sobre tu conducción y seguridad, desde Circula Seguro te recomendamos que respondas a estas cuestiones que te ayudarán a discernir si eres responsable al volante:
  • No soy capaz de mantenerme conduciendo en mi carril y pienso que molesto al resto de usuarios.
  • He sufrido algunos siniestros, que aunque leves, son continuados.
  • Me cuesta un esfuerzo reconocer las rutas y suelo desorientarme en carretera.
  • Confundo los pedales de aceleración y freno y, en ocasiones, no reacciono a tiempo.
  • Mi entorno cercano me ha prevenido ocasionalmente sobre coger el coche.
  • En ciudad, no distingo los obstáculos o personas con facilidad y he tenido que dar un frenazo.
  • En definitiva, ¿mi conducción es igual de segura a la de hace diez años?

Fundación Mapfre y los mayores

mayores y conducción
La Fundación Mapfre se ha consolidado como una de las instituciones con mayor conciencia en la necesidad de ayudar a los mayores en la conducción. Para ello dispusieron para todo el mundo la primera web sobre seguridad vial dirigida a este sector, donde se ofrece toda la información necesaria para este colectivo y quienes se encargan de su atención.
Los mayores, por su parte, deben ser conscientes de las limitaciones que pueden ir generando por cuestiones relacionadas con la edad y su estado de salud, y por ello en la web de la Fundación pueden encontrar todo tipo de consejos de seguridad no sólo para conductores, sino también para motociclistas, ciclistas y peatones; vídeos explicativos con sencillos ejercicios de visión, audición, reflejos, coordinación y memoria; pruebas psicotécnicas entretenidas que recomiendan acudir a la revisión en caso de puntuación baja.
Entre otros consejos, recordamos la necesidad de descansar cada hora y media de conducción y de mantenerse hidratado; evitar circular en horarios nocturnos o con densidad alta de tráfico; realizar las maniobras con tranquilidad y sin prisa; evitar distracciones y mantenerse concentrado en la carretera. Por supuesto, resulta imprescindible realizar revisiones médicas frecuentes para detectar problemas y prevenir riesgos, y del mismo modo revisar el estado de salud de tu vehículo para que en ningún caso él sea la causa de accidente.

Imágenes | iStock AND-ONE fulgido72 Daviles

lunes, 2 de abril de 2018

Guía básica de elección de cubierta o neumático de bicicleta

La bicicleta se está abriendo paso en nuestro país como forma de transporte urbano. Cada vez son más los que optan por utilizarla para sus desplazamientos, lo que está generando un nuevo panorama, sobre todo en lo que se refiere al centro de las ciudades. La seguridad vial también pasa por fomentar la convivencia y por que estos nuevos usuarios circulen con las máximas garantías.
A la hora de circular en bicicleta, hay que tener en cuenta varios aspectos, como normativa, equipamiento y posibles obstáculos como las inclemencias climatológicas, o la puesta a punto de la bicicleta. Dentro de este último y crucial punto encontramos la elección y cuidado de los neumáticos o cubiertas.
No cabe duda que las bicicletas son vehículos relativamente “sencillos” al compararlos con otros como automóviles o motocicletas. Sin embargo, esto no puede llevarnos a pensar que carecen de mantenimiento. Es todo lo contrario. Para el caso de los neumáticos o cubiertas, su elección y mantenimiento no tienen nada que envidiar a todas las vicisitudes que rodean a los neumáticos para automóvil.

Cubiertas para bicicleta, todo un mundo por descubrir

Cubierta Michelin
La información en torno al mundo de los neumáticos en ciclismo no es escasa. Es más, puede parecer apabullante e incluso desanimarnos a la hora de elegir cuál es la cubierta ideal. No obstante, una vez conocidos los aspectos básicos, la elección puede ser más o menos sencilla.
Lo primero que se ha de tener en cuenta es el uso que vamos a darle: convencional o deportivo. Puede que parezca algo obvio, pero la gran mayoría de elementos que tenemos que tener en cuenta respecto a la seguridad de la cubierta se derivan de esta diferenciación. Al ciclista que se inicia o pretende tener una información básica le bastan con conocer estos aspectos.

Talla y anchura

En la elección de la cubierta la talla es el primer factor que determinará la adquisición. Al hacernos con la bicicleta estamos aceptando un tipo de rueda que requiere un neumático con unas dimensiones precisas. En ese sentido, al cambiar de cubierta hemos de prestar atención a la medida de la misma, que aparece señalada en el propio neumático y puede que aparezca bajo diferentes medidas o estándares: pulgadas o milímetros.
La medida más estandarizada en muchos tipos de bicicletas han sido las 26”. Sin embargo, las ruedas de bicicleta de carretera o las nuevas tendencias para en el MTB ofrecen otras posibilidades, por lo se ha de prestar atención para no errar con la talla. Algo similar ocurre con la anchura de la cubierta. Hemos de tenerla muy presente, dada la gran variedad de opciones que van, si medimos en pulgadas, desde 1″ (muy fino) hasta 2.7″ (muy ancho).
Generalmente, los neumáticos que se utilizan para rodar en ciudad suelen ser más finos, dado que el terreno asfaltados que encontramos es tan afable como regular. Un neumático muy fino permite un avance con menos esfuerzo, pero otorga algo más de inestabilidad, dado que la superficie en contacto es mucho menor. A la hora de elegir, hemos de ponderar estas variables, para averiguar la mejor opción según nuestro uso, bicicleta y terreno por el que nos movemos. Un buen ejemplo de prestaciones igualadas lo ofrecen las Michelin Protek Urban.

Dibujo, taqueado y compuesto

El uso en ciudad o en asfalto no presenta demasiadas complicaciones para la elección del neumático slick en función del dibujo, el taqueado y tipo de compuesto. Para la práctica deportiva, sobre todo en MTB, es otro asunto bien diferente, pues en función de estas tres variables obtendremos comportamientos muy diferentes de la bicicleta.
En la elección del neumático urbano podemos tener presente el hecho de que nos movamos regularmente por suelo seco o mojado. Si este último es la opción, existen alternativas en las cubiertas que pueden aportarnos una seguridad añadida. Hay que saber que a mayor presencia y profundidad del gravado del neumático, mejor evacuará el agua.
Si vamos a circular por un terreno mixto entre asfalto y tierra, es conveniente que valoremos la posibilidad de una cubierta con taqueado. Este aporta estabilidad y agarre en terrenos más complicados. Si queremos ir más allá, podemos informarnos sobre el compuesto o TPI. Esta medida señala cuántos hilos por pulgada han sido utilizados en la carcasa durante su fabricación. A mayor presencia de hilos habrá menos goma. Esto implica menos peso, pero también mayor desgaste.

Mantenimiento, ¿cuándo cambiar?

Neumáticos para MTB
Ese desgaste nos lleva a la gran pregunta. ¿Cuándo es conveniente cambiar la cubierta? De forma similar a como ocurre en los coches, se ha de ser consciente del desgaste y envejecimiento de los neumáticos. Si le hemos dado un uso intenso o sometido a condiciones y terrenos más adversos, es muy recomendable que no demoremos el cambio.
Los síntomas de esto suelen saltar a la vista: desgaste de la goma evidente que haya borrado el dibujo, tacos comidos, grietas en la superficie o inusual frecuencia de pinchazos. Para evitar esto y prolongar la vida de los neumáticos, se ha de cuidar de no circular por tramos no adecuados para el tipo de neumático. Nos referimos, por ejemplo, a usar un neumático slick pensado para su uso urbano en caminos o abusar de uno específico para MTB en asfalto.
Del mismo modo, conviene si es posible refugiar las gomas de la humedad y cambios de temperatura intensos, así como circular con la presión adecuada. Este último punto es esencial. Es preciso realizar revisiones periódicas y aplicar la presión de forma correcta. Para ello, no tenemos más que ajustarla a la recomendación que el fabricante del neumático señala en el mismo. Es especialmente cómodo contar con una bomba de pie con manómetro.

Una gran variedad de neumáticos

En la actualidad, el mercado nos ofrece una gran variedad de neumáticos para cada uso. Esto supone una gran ventaja. Es importante tener presente esto dentro del mantenimiento y presupuesto que dediquemos a la bicicleta. Contribuye a una práctica del ciclismo mucho más segura y, además, cómoda.Y es que el grado de disfrute del pedaleo también se ve influido por la cubierta elegida.
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