Más allá de respetar los límites de velocidad, ¿existe alguna otra forma de escapar de los radares? En este reportaje analizamos algunos de los métodos más famosos y te contamos si con ellos te librarás de las multas.
Laca en la matrícula: ¿funciona?
Hecha la ley, hecha la trampa. Esta afirmación es parte de la condición humana que, ante la aparición de una normativa, siempre trata de encontrar métodos para eludirla sin correr muchos riesgos. Un ejemplo perfecto de este esfuerzo por “regatear” la legislación lo encontramos en los radares de tráfico. Su dispersión por toda la zona geográfica española y el perjuicio que causan al bolsillo del sancionado ha llevado a los conductores a idear todo tipo de artimañas para escapar de las multas por velocidad.
Pero, ¿es posible engañar a un radar? En la siguiente lista recopilamos los métodos más extendidos para no ser “cazado” por los controles de velocidad y te contamos si se trata de mitos… o si realmente funcionan:
Laca en la matrícula: Es uno de los trucos más famosos y baratos para intentar engañar al radar. La teoría dice que aplicar un simple “toque” de laca del pelo sobre la matrícula provoca que el flash del radar se refleje, impidiendo la correcta lectura de la placa. Se trata, para desilusión de muchos, de un método totalmente inútil. Tampoco funcionan los sprays específicos que venden para este fin; el único efecto que notaremos es que nuestra matrícula se vuelve más brillante, pero no conseguirá “deslumbrar” a los modernos cinemómetros actuales.
Doblar la matrícula o llevarla en mal estado: Algunos conductores optan por doblar la matrícula o dejar que un número o letra se deteriore para imposibilitar la identificación de su vehículo. Incluso algún que otro motorista ha llegado a instalar un sistema para ocultar su matrícula con solo pulsar un botón. Como es obvio, estos métodos pueden ser efectivos, pero caemos en una infracción grave sancionada con 200 euros en el caso de que nos descubran.
Colocar un CD en la bandeja o la matrícula: Estamos ante otro de los mitos más populares para engañar al radar. Se basa en el mismo principio de la laca y afirma que si colocamos un CD en la bandeja trasera del coche o cerca de la matrícula conseguiremos “deslumbrar” a la cámara y la fotografía no se realizará correctamente. De nuevo, una técnica inservible.
Tapar parte de la matrícula con un pañuelo: Éste es uno de los métodos más seguidos por los motoristas. Consiste en atar una pendra de ropa, generalmente un pañuelo, a una parte cercana a la matrícula, de forma que al ondear con el viento tape algunos números y letras de ésta. También está sancionado por la ley con 200 euros.
NoPhoto: Este invento norteamericano causó sensación cuando se lanzó al mercado en 2012. Su funcionamiento se basa en la integración de un par de flashes en el porta-matrículas, que lanzan destellos de luz cuando un sensor óptico detecta el disparo de la cámara del radar, lo que impide la correcta visualización de la placa. La coincidencia de ambos flashes, el del sistema NoPhoto y el del radar, no siempre se produce, por lo que no es un sistema 100% efectivo. Además, no resulta barato: su precio ronda los 300 dólares (unos 220 euros).
Números y letras “invisibles”: Lo último para evitar ser “cazado” por el radar llega desde Rusia. Se trata de unos adhesivos negros con idéntica forma a los números y letras de nuestra matrícula que, colocados sobre ellos, los convierten en invisibles ante las cámaras. En Internet circulan vídeos en los que, si bien en principio parecen realizar su función, todavía es posible la lectura de la matrícula. Conclusión: otro método que no sirve.
Inhibidores: El único método indetectable a primera vista y que funciona. Los inhibidores captan las ondas de los radares y emiten una señal de mayor frecuencia, lo que bloquea su funcionamiento. Pero su instalación conlleva un riesgo importante: su uso está castigado con una multa de 6.000 euros y la retirada de 6 puntos del carné.
En resumen: como habrás podido comprobar, la forma más efectiva, barata y segura de evitar ser cazado por un radar (nos guste o no) sigue siendo respetar los límites de velocidad.
Fuente: Autocasion, DGT
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