lunes, 31 de marzo de 2014

El pulido de los faros: la opción de bajo coste para restaurar la visibilidad de nuestro coche..

Hace algunos años, los cristales de los faros delanteros de los coches eran cristales de dispersión. Como su propio nombre indica eran de cristal, o mejor dicho, de vidrio, y eran de dispersión porque tenían una función muy clara, más allá de la de proteger el interior del faro y las lámparas de la intemperie: modificaban de la manera deseada, concentrando o repartiendo, el haz de luz generado por la lámpara (la bombilla, vaya) reflejado por las pantallas reflectoras cromadas del interior del faro.

Estos faros se reconocen fácilmente pues normalmente apenas dejan ver el interior, ni la lámpara, y porque el cristal parece tener unas rayas, marcas o dibujos interiores. Estas marcas son en verdad prismas para controlar y dirigir el haz de luz. Se diseñan específicamente junto con las pantallas reflectoras y el tipo de lámpara que llevará el faro. Pero esto ha cambiado.


Faros con “cristal” plástico

Desde hace varios años, por cuestiones sobre todo de diseño, se han ido extendiendo los faros con “cristal de dispersión” que ya no lo es, y se queda meramente como una cubierta transparente el interior del faro. Se utiliza generalmente un plástico transparente, lo más normal policarbonato. Se reconocen fácilmente porque se puede ver perfectamente cómo es el faro por dentro.

El policarbonato es resistente a la intemperie y soporta la radiación ultravioleta, pero no deja de ser un termoplástico, y como tal, puede sufrir en especial cuando está expuesto a la radiación solar directa, y cuando se expone a altas temperaturas. Así que aunque es duradero, al final, después de muchas horas de sol, el plástico de los faros se deteriora. Aunque en menor medida, la erosión debida a otros factores como la arena arrastrada por el viento también puede causarles daños.

¿Y qué sucede entonces? Pues que el plástico envejece, se vuelve menos transparante y amarillento, y los faros pasan a ser menos eficaces, el haz de luz no se propaga igual de bien, y nosotros notaremos menos luz de noche, y también nos verán menos. Y esto al final es un problema, no solo estético, sino de seguridad vial, porque es vital ver y ser vistos bien.
Restaurar los “cristales” significa tener más luz

Hay varias soluciones a este problema: la primera que podríamos pensar sería sustituir todo el faro, pero esto no siempre es necesario, porque algunos coches, previendo el problema que puede presentarse con los años, han diseñado los faros con partes independientes, pudiendo cambiar solo el cristal de dispersión de policarbonato, sin cambiar el interior del faro. Eso ya supone un ahorro.

Pero hay otra opción aún más económica: el pulido de los faros. Resulta que el “cristal” de policarbonato se puede restaurar puliendo su superficie con una pasta especial para pulimentar (un tanto abrasiva), y el efecto de pasar unas serie de lijas de diferente granulometría, a mano, o mejor haciéndolas girar con una máquina eléctrica, mismamente un taladro, para retirar la capa superficial dañada y terminar dando brillo al plástico del faro y dejarlo casi casi como nuevo.

Hay talleres que realizan este trabajo, pero también se venden kits, de diferentes marcas, con la pasta y las lijas, para hacerlo uno mismo. Esta última es la opción más barata, pues por unos 20 o 25 euros (y tiempo y un poco de maña) podemos solucionar el problema. Se puede hacer sin necesidad de desmontar el faro, pero eso sí, hay que proteger bien la pintura de la carrocería alrededor del faro, para que no toque la pasta ni las lijas accidentalmente, pues la dañarían.

El resultado es que además de volver a tener los faros con buen aspecto, tendremos más luz, veremos más de noche, y conduciremos más seguros. Y por supuesto, no debemos olvidar el resto del mantenimiento de los faros y luces: revisar que todas las bombillas luzcan, y llevar bien regulada la altura de los faros delanteros.



martes, 25 de marzo de 2014

¿Es obligatorio llevar la pegatina de la ITV?


Para algunos de nosotros la respuesta es obvia, pero por lo que sé que en ciertas zonas de nuestro país se extiende la duda. ¿Es obligatorio llevar la pegatina de la ITV tras pasar la inspección? He visto a personas que se enzarzan fácilmente en eternas discusiones sobre si es o no obligatorio llevar la pegatina puesta. El uno se escuda en que el mismo técnico de la ITV le pegó el adhesivo al parabrisas. El otro, por la misma regla de tres, argumenta que el técnico de la ITV le dio la pegatinita en mano para que hiciera lo que quisiera con ella.

La respuesta corta es: sí, hay que llevar la pegatina de la ITV colocada bien visible y en un lugar determinado. Es obligatorio, sí, y hasta ahí, la respuesta corta, pero si ampliamos un poco el tema veremos alguna que otra curiosidad sobre la famosa pegatina y también tendremos una tabla que nos ayudará a saber cuándo pasar la ITV con los más variados tipos de vehículo.


La pegatina de la ITV, ese adhesivo que técnicamente se denomina “V-19, distintivo de inspección técnica periódica del vehículo”, sirve para acreditar que el vehículo que la lleva ha superado favorablemente la inspección técnica periódica, y además indica la fecha en la que debe pasarse la próxima inspección.

Tal y como recoge el Reglamento General de Vehículos tras su modificación de 2008,

En el caso de vehículos que tengan parabrisas, el distintivo se colocará en el ángulo superior derecho del parabrisas por su cara interior. La cara impresa del distintivo será autoadhesiva. En el resto de los vehículos, el distintivo se colocará en sitio bien visible. La cara sin imprimir del distintivo será autoadhesiva.

Esta obligatoriedad de colocar la pegatina de la ITV en un lugar concreto sirve a efectos de control. Si una patrulla de la Policía encargada del Tráfico está controlando el estado de los vehículos que pasan por un punto de la vía, los agentes pueden ver de una forma muy sencilla si cada vehículo que pasa está al corriente de sus inspecciones. Y eso es porque el color de la pegatina varía según el año de caducidad de la inspección.

En 1998, cuando se publicó el Reglamento General de Vehículos, se estableció un ciclo de colores de tres años, de la forma que muestra este gráfico:


Así sucesivamente van cambiando los colores de la pegatina, mientras que los caracteres comunes se mantienen en color azul, y de esta manera es muy fácil controlar cientos de vehículos en poco tiempo, sabiendo que la antigüedad del vehículo se deduce por su placa de matrícula. Para eso, es necesario (y por ese motivo, obligatorio) que los vehículos muestren claramente su distintivo V-19.

Un par de precisiones para acabar. Antes de modificarse el Reglamento General de Vehículos, el original decía:


En el caso de vehículos de motor, el distintivo se colocará en el ángulo superior derecho del parabrisas por su cara interior. En caso de remolques y semirremolques el distintivo se colocará en sitio bien visible.

Eso creaba un vacío legal para las motos y para los ciclomotores, aunque estos últimos no pasaban inspección por aquel entonces. Al modificarse este enunciado de la forma que hemos visto antes, quedan englobados todos los vehículos.

Finalmente, esa modificación legal tiene lugar no en un decreto que habla sobre vehículos, sino en un decreto que trata “sobre normas generales de instalación y funcionamiento de las estaciones de inspección técnica de vehículos”, lo que fácilmente se puede entender como que la colocación del distintivo corresponde a las estaciones de la ITV, y no al usuario final del servicio, aunque es este último el que podría resultar sancionado por incumplir el artículo 18 del Reglamento de Vehículos, tal y como recoge la Guía Codificada de Infracciones (80 euros, ya que estamos).


¿Cuándo debo pasar la ITV?

De propina, aquí os dejo una tabla bastante completa de inspecciones técnicas periódicas a partir de la fecha de primera matriculación del vehículo, un dato que aparece siempre en el Permiso de Circulación. Podría hacer la tabla en forma de gráfico, pero con tanta especificación técnica el resultado sería bastante ilegible, así que la dejo en texto liso y llano, destacando en negrita algunos tipos de vehículos para una mejor localización.


Ciclomotores de dos ruedas. 
Hasta 3 años, exentos. Más de 3 años, inspección bianual.

Motocicletas, triciclos, cuatriciclos, quads, ciclomotores de tres ruedas y cuatriciclos ligeros. 
Hasta 4 años, exentos. Más de 4 años: inspección bianual.

Vehículos de uso privado destinados al transporte de personas, excepto los anteriores, con capacidad hasta nueve plazas incluido el conductor (turismos, por ejemplo). 
Hasta 4 años, exentos. De 4 a 10 años: inspección bianual. Más de 10 años: inspección anual.

Vehículos de servicio de alquiler con o sin conductor, y de escuelas de conductores, dedicados al transporte de personas con capacidad hasta nueve plazas incluido el conductor, incluidas motocicletas, triciclos, cuatriciclos, quads, ciclomotores y cuatriciclos ligeros. 
Hasta 2 años: exentos. De 2 a 5 años: inspección anual. Más de 5 años: inspección semestral.

Ambulancias y vehículos de servicio público destinados al transporte de personas, incluido transporte escolar, con o sin taxímetro, con capacidad de hasta nueve plazas incluido el conductor (taxis, por ejemplo), y vehículos destinados al transporte de personas, incluidos el transporte escolar y de menores, con capacidad para 10 o más plazas, incluido el conductor.
Hasta 5 años: inspección anual. Más de 5 años: inspección semestral.

Vehículos y conjuntos de vehículos destinados al transporte de mercancías o cosas, con masa máxima autorizada inferior o igual a 3.500Kg. 
Hasta 2 años, exentos. De 2 a 6 años: inspección bianual. De 6 a 10 años: inspección anual. Más de 10 años: inspección semestral.

Vehículos destinados al transporte de mercancías o cosas, con masa máxima autorizada superior a 3.500Kg.
Hasta 10 años: inspección anual. Más de 10 años: inspección semestral.

Caravanas remolcadas con masa máxima autorizada superior a 750Kg. 
Hasta 6 años, exentos. Más de 6 años: inspección bianual.

Tractores agrícolas, maquinaria agrícola autopropulsada, remolques agrícolas y otros vehículos agrícolas especiales, excepto motocultores y máquinas a ellos equiparadas. 
Hasta 8 años, exentos. De 8 a 16 años: inspección bianual. Más de 16 años: inspección anual.

Vehículos especiales destinados a obras y servicios y maquinaria autopropulsada, con exclusión de aquellos que tengan una velocidad por contrucción inferior a 25Km/h. 
Hasta 4 años, exentos. De 4 a 10 años: inspección bianual. Más de 10 años: inspección anual.

Estaciones transformadoras móviles y vehículos adaptados para maquinaria de circo o de ferias recreativas ambulantes. 
Hasta 4 años, exentos. De 4 a 6 años: inspección bianual. Más de 6 años: inspección anual.

martes, 18 de marzo de 2014

Si tengo un vehículo que no uso… ¿debo pasar la ITV? ¿Me pueden multar?...


Si tengo un vehículo que no uso… ¿debo pasar la ITV? ¿Me pueden multar?

La mayoría de los artículos que se encabezan con una pregunta de este estilo se suelen resolver afirmativamente. 
Es decir, las respuestas a las dos preguntas son sí y sí. La razón de hacer ambas preguntas es que pueda haber personas que tengan la duda eterna de si deben o no pasar la ITV (es que el vehículo no circula), y también alimentar presentar el debate sobre si esto es una medida recaudatoria a mala idea, o es lo normal.

Hay que decir que la ITV no tiene mucho que ver con el hecho de que el coche circule o no. Simplemente es una inspección técnica que dice sí o no a la pregunta de si el vehículo es seguro para circular en la vía pública, además de saber si expulsa demasiadas emisiones contaminantes, si consume demasiado combustible y otras cosas que ya sabemos, y que si no sabemos podemos repasar rápidamente. Además existen una serie de supuestos en los cuales es necesario pasar una ITV extraordinaria.

Multa si tienes un vehículo que no mueves para el que no pasas ITV

Comprobar si un vehículo ha pasado o no la ITV cuando le toca es de lo más sencillo que hay. Basta con que la Guardia Civil esté atenta a los datos que le proporciona el programa ITICI para saber si tu coche ha pasado o no la ITV. En el momento en que te vean circulando por ahí con la ITV caducada no tendrán que hacer demasiadas comprobaciones para poder efectuar la denuncia correspondiente.

Si el coche está inmovilizado y a buen recaudo en un garaje privado debes pasar la ITV igualmente. Si alguien se pone “quisquilloso” te pueden preguntar por qué el coche (o el vehículo que sea) sigue dado de alta, pero con la ITV caducada. Puede parecer eso, quisquilloso, pero con cierta lógica en la mano nos preguntamos, si el coche está dado de alta, ¿por qué no pasar la ITV? O al revés, si no vamos a pasar la ITV ni a rodar con él, ¿por qué lo mantenemos de alta? Para ello deber de darlo de baja temporalmente.
Puede parecer algo que se deja llevar por el afán recaudatorio, pero actuando como abogado del diablo, tampoco parece muy sensato mantener un coche de alta y pagando los impuestos correspondientes y no tener la ITV al día, ¿no? La pregunta (de verdad) es, ¿va a venir la Guardia Civil a tu garaje a preguntarte si el coche lo mueves o no? ¿O las multas vendrán si lo sacas a la calle un día, por moverlo, y te pillan sin la ITV? Ojo que me refiero a la inspección, no a que lleves o no la pegatina (que es otro tema).

En resumidas cuentas, si un vehículo está dado de alta y en regla, pero no pasa la ITV puedes recibir la correspondiente multa. Que el vehículo circule o no, lo dices tú. Para las autoridades la realidad es que hay un vehículo por ahí que debería haber pasado la ITV, pero no consta… Luego, por poder, pueden enviarte una cartita, o una multa en toda regla.

lunes, 10 de marzo de 2014

Trucos para engañar al radar: ¿mito o realidad?

Más allá de respetar los límites de velocidad, ¿existe alguna otra forma de escapar de los radares? En este reportaje analizamos algunos de los métodos más famosos y te contamos si con ellos te librarás de las multas.


Laca en la matrícula: ¿funciona?

Hecha la ley, hecha la trampa. Esta afirmación es parte de la condición humana que, ante la aparición de una normativa, siempre trata de encontrar métodos para eludirla sin correr muchos riesgos. Un ejemplo perfecto de este esfuerzo por “regatear” la legislación lo encontramos en los radares de tráfico. Su dispersión por toda la zona geográfica española y el perjuicio que causan al bolsillo del sancionado ha llevado a los conductores a idear todo tipo de artimañas para escapar de las multas por velocidad.


Pero, ¿es posible engañar a un radar? En la siguiente lista recopilamos los métodos más extendidos para no ser “cazado” por los controles de velocidad y te contamos si se trata de mitos… o si realmente funcionan:

Laca en la matrícula: Es uno de los trucos más famosos y baratos para intentar engañar al radar. La teoría dice que aplicar un simple “toque” de laca del pelo sobre la matrícula provoca que el flash del radar se refleje, impidiendo la correcta lectura de la placa. Se trata, para desilusión de muchos, de un método totalmente inútil. Tampoco funcionan los sprays específicos que venden para este fin; el único efecto que notaremos es que nuestra matrícula se vuelve más brillante, pero no conseguirá “deslumbrar” a los modernos cinemómetros actuales.


Doblar la matrícula o llevarla en mal estado: Algunos conductores optan por doblar la matrícula o dejar que un número o letra se deteriore para imposibilitar la identificación de su vehículo. Incluso algún que otro motorista ha llegado a instalar un sistema para ocultar su matrícula con solo pulsar un botón. Como es obvio, estos métodos pueden ser efectivos, pero caemos en una infracción grave sancionada con 200 euros en el caso de que nos descubran.

Colocar un CD en la bandeja o la matrícula: Estamos ante otro de los mitos más populares para engañar al radar. Se basa en el mismo principio de la laca y afirma que si colocamos un CD en la bandeja trasera del coche o cerca de la matrícula conseguiremos “deslumbrar” a la cámara y la fotografía no se realizará correctamente. De nuevo, una técnica inservible.

Tapar parte de la matrícula con un pañuelo: Éste es uno de los métodos más seguidos por los motoristas. Consiste en atar una pendra de ropa, generalmente un pañuelo, a una parte cercana a la matrícula, de forma que al ondear con el viento tape algunos números y letras de ésta. También está sancionado por la ley con 200 euros.


NoPhoto: Este invento norteamericano causó sensación cuando se lanzó al mercado en 2012. Su funcionamiento se basa en la integración de un par de flashes en el porta-matrículas, que lanzan destellos de luz cuando un sensor óptico detecta el disparo de la cámara del radar, lo que impide la correcta visualización de la placa. La coincidencia de ambos flashes, el del sistema NoPhoto y el del radar, no siempre se produce, por lo que no es un sistema 100% efectivo. Además, no resulta barato: su precio ronda los 300 dólares (unos 220 euros).


Números y letras “invisibles”: Lo último para evitar ser “cazado” por el radar llega desde Rusia. Se trata de unos adhesivos negros con idéntica forma a los números y letras de nuestra matrícula que, colocados sobre ellos, los convierten en invisibles ante las cámaras. En Internet circulan vídeos en los que, si bien en principio parecen realizar su función, todavía es posible la lectura de la matrícula. Conclusión: otro método que no sirve.



Inhibidores: El único método indetectable a primera vista y que funciona. Los inhibidores captan las ondas de los radares y emiten una señal de mayor frecuencia, lo que bloquea su funcionamiento. Pero su instalación conlleva un riesgo importante: su uso está castigado con una multa de 6.000 euros y la retirada de 6 puntos del carné.


En resumen: como habrás podido comprobar, la forma más efectiva, barata y segura de evitar ser cazado por un radar (nos guste o no) sigue siendo respetar los límites de velocidad.

Fuente: Autocasion, DGT