lunes, 3 de febrero de 2014

Alcohoot, un alcoholímetro para tu teléfono móvil.



La propuesta de llevar un alcoholímetro en el vehículo paso de ser una obligatoriedad a un aplazamiento en Francia. No por falta de ganas de sus promotores: asociaciones de conductores y de víctimas de la carretera, a la hora de implantar su uso entre los conductores, sino más bien por la garantía que puedan ofrecer este tipo de dispositivos así como la homologación, comercialización y distribución de los mismos que no estaba del todo muy clara.

Una idea que intenta prevenir sobre la ingesta de alcohol previa a la conducción pero que, en el fondo, ha dado pie a creadores y empresarios de las herramientas o accesorios de dispositivos móviles a crear alcoholímetros digitales de bolsillo. Hablamos de Alcohoot, un dispositivo que conectado al teléfono móvil se convierte en un alcohólimetro para controlar la tasa y nivel de alcohol en nuestro organismo. Veamos cómo funciona dicho dispositivo y comentaremos, además, algunas cuestiones legales sobre los etilómetros y la alcoholemia.


Cómo funciona el dispositivo Alcohoot

El índice de siniestralidad vial relacionada con el alcohol sigue dando noticias escalofriantes. Según la DGT, de cada 100 accidentes mortales, el alcohol está implicado entre unos 30 y 50 de ellos; lo que convierte al alcohol, en uno de los principales factores de riesgo en la conducción. De ahí que cualquier invento, como el que hoy presentamos, pueda influir o hacer reflexionar a aquellos que tras tomar unas copas, como podemos ver en éste vídeo, deciden utilizar el coche sin tomar ningún tipo de medida:




Alcohoot, utilizado como aplicación para el teléfono móvil, emplea sensores de pila de combustible similares a los alcoholímetros homologados por Industria, con batería recargable de litio y con cable de carga USB que suministra energía para más de 500 pruebas. Tras realizar la prueba a través de aire espirado, la aplicación alcohoot muestra la tasa de alcoholemia de forma rápida y proporciona un gráfico de la historia personal de dichas pruebas para que el usuario pueda controlar de alguna forma su estado y nivel de alerta antes de conducir o saber a quién entregar las llaves del vehículo, aunque la mejor tasa para no complicarse la vida es la de arrojar un resultado: 0,00.

Como ya sabemos, son muy numerosas las variables que influyen sobre la tasa de alcoholemia y la rapidez con que se ingiere la bebida. La absorción del alcohol depende directamente de la velocidad a la que se bebe, es decir, cuanto más rápido se tome la bebida, mayor será la velocidad de absorción y la cantidad de alcohol que pase a la sangre. Por eso, es aconsejable beber pausadamente entre copa y copa, tomar algún alimento y de vez en cuando tomar agua, bebida sin gas o fría para evitar la aparición del grado de alcoholemia o que éste aumente.

Algunas cuestiones legales sobre los etilómetros y la alcoholemia

Los agentes de la autoridad encargados de la vigilancia del tráfico podrán someter a dichas pruebas:

a) A cualquier usuario de la vía o conductor de vehículo implicado directamente como posible responsable en un accidente de circulación.
b) A quienes conduzcan cualquier vehículo con síntomas evidentes, manifestaciones que denoten o hechos que permitan razonablemente presumir que lo hacen bajo la influencia de bebidas alcohólicas.
c) A los conductores que sean denunciados por la comisión de alguna de las infracciones a las normas contenidas en este reglamento.
d) A los que, con ocasión de conducir un vehículo, sean requeridos al efecto por la autoridad o sus agentes dentro de los programas de controles preventivos de alcoholemia ordenados por dicha autoridad.

Las pruebas para detectar la cantidad de alcohol que una persona ha ingerido están reguladas en el RGC y dice que dichas pruebas se practicarán por los agentes de tráfico y consistirán, normalmente, en la verificación del aire espirado mediante etilómetros que, oficialmente autorizados, determinarán de forma cuantitativa el grado de impregnación alcohólica del sometido a las pruebas de alcoholemia.

Dichas pruebas consisten primeramente en un muestreo aproximado del grado de detección de alcohol en aire espirado a través de un etilómetro manual. Si dicha prueba no supera el límite reglamentario (0,25 miligramos de alcohol por litro de aire espirado o 0,15 según los casos), no se le sanciona, ni administrativa, ni penalmente; pero, si dicho resultado inicial es superior a esas cantidades, el conductor deberá someterse a una nueva prueba en un etilómetro evidencial (más preciso) que consiste en dos muestreos o dos resultados, con un intervalo de diez minutos, al menos, entre prueba y prueba.

Pues bien, para evitar disgustos, a más de uno le puede venir bien el uso de este tipo de dispositivos para medir el grado de alcoholemia antes de circular con el coche en estado ebrio pero a título orientativo, al menos, puesto que los únicos alcoholímetros autorizados son los que utilizan los Agentes encargados de la vigilancia de tráfico.

Vía | iClarified
Más información | alcohoot

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