Son causantes del 24% de los accidentes mortales en autopista, y cerca del 60% de los conductores españoles los han sufrido alguna vez. Para colmo, sólo la mitad de los conductores reconocen descansar cuando los sufren. Son las escalofriantemente altas cifras de los microsueños, un problema antiguo pero recientemente identificado –y que ha empezado a tenerse en consideración en la seguridad vial– a raíz del estudio del 2015 de la Fundación del Comisariado Europeo del Automóvil (CEA), y otro más reciente de la Universidad de Wisconsin-Madison.
Qué son los microsueños
Se denominan microsueños a los lapsos de entre 2 y 5 segundos en los que se produce una pérdida de consciencia. No implica necesariamente cerrar los ojos, sino que puede producirse la desconexión del cerebro con algunos sentidos y, por lo tanto, la falta de atención que denominamos comúnmente como “soñar despierto”. Algo que al volante puede ser fatal.
Los microsueños pueden manifestarse en cualquier franja horaria, pero son más frecuentes entre las 2 y las 6 de la madrugada y, ojo, también entre las 2 y las 5 de la tarde, horario que curiosamente parece coincidir con la hora de la sobremesa y la siesta (fenómeno que trasciende lo meramente cultural y tiene su explicación científica probada). Y es que los microsueños están íntimamente relacionados con el reloj biológico del ser humano, y con los momentos del día en los que el cuerpo “pide” descansar.
Algunos de los síntomas de los microsueños, y que constituyen en sí mismos un peligro en la carretera, pueden ser:
- Un pestañeo más frecuente y lento de lo normal.
- Cabeceo y dificultad para mantener la cabeza erguida.
- Visibilidad borrosa y dificultad para enfocar.
- Dolores de cuello y espalda o simplemente sentirse incómodo en el asiento.
Principales causas de los microsueños
Como hemos dicho, los microsueños guardan una relación estrecha con el reloj biológico del ser humano, y con los horarios en los que hemos habituado a nuestro cuerpo a descansar. Pero también podemos extraer conclusiones de los perfiles de conductores que más frecuentemente sufren de microsueños: jóvenes entre 18 y 29 años; conductores bajo los efectos del alcohol y las drogas; trabajadores por turnos y con profesiones de intensa actividad física e intelectual.
Así con todo, son muchas y muy variadas las causas que pueden producir los microsueños:
- El consumo (incluso el moderado) de alcohol y drogas.
- La falta de descanso adecuado, establecido en unas 8 horas de sueño durante al menos 2 días seguidos.
- La fatiga laboral derivada de jornadas laborales extensas o con gran exigencia física o mental.
- El consumo de alimentos, especialmente los lácteos y los de alto contenido graso.
- La falta de actividad física y los estímulos monótonos (como una canción repetitiva o una conversación demasiado aburrida), que producen entumecimiento en los músculos y desconexión de ciertas actividades neuronales.
- Las altas temperaturas, incluso simplemente las agradablemente cálidas.
7 consejos “caseros” para evitar los microsueños
La CEA es quien más hincapié está haciendo sobre el problema de los microsueños al volante, exigiendo mayores esfuerzos a instituciones como la DGT para concienciar sobre el problema y prevenir sobre sus efectos, y a los fabricantes de vehículos para que desarrollen e incluyan de serie dispositivos de detección de fatiga, como los que nos explica la Fundación MAPFRE en su web de Seguridad Vial en la Empresa (aunque también os hablamos con anterioridad de ello en Circula Seguro).
Pero hay otras medidas que están en nuestras manos y que podemos llevar a cabo con facilidad:
- Evitar las comidas copiosas, que ponen en marcha el sistema digestivo y producen somnolencia. Los alimentos con altos niveles de grasas y los que contienen leche impulsan además la serotonina, que es el neurotransmisor que nos induce al sueño cada noche. Por el contrario, es preferible tomar pequeños snacks varias veces durante el trayecto, pues reactivan nuestro organismo sin “encender” la digestión.
- Parar y echar una cabezada; una pequeña siesta de entre 20 y 30 minutos constituye un ciclo natural de descanso del cerebro humano, y supone un aumento del rendimiento intelectual y del estado de alerta. Una de más de 40 minutos, sin embargo, puede suponer entrar en estado de sueño profundo y, si se interrumpe, puede tener efectos completamente adversos.
- Parar cada 2 horas o 200 km., y bajarse del vehículo para caminar un poco durante al menos 15 minutos para estirar los músculos. De lo contrario, tu cuerpo se aletarga ante la falta de actividad y la sensación de monotonía.
- Conversar; una buena conversación, que no suponga un monólogo de tu acompañante sino un entretenido diálogo (y que no resulte una distracción de la carretera) estimula los sentidos y por tanto el cerebro y su estado de alerta (un pequeño truco, si estás solo, es ir leyendo en voz alta los carteles que te vayas encontrando).
- Poner el aire acondicionado o bajar las ventanillas. El calor produce cansancio y fatiga, e incluso una temperatura agradable pero cálida induce a tu cuerpo y tus sentidos a la relajación.
- Tomar café o té, o refrescos que contengan cafeína o teína. Puede parecer obvio, pero cuidado si somos consumidores habituales: estas sustancias producen tolerancia en nuestro organismo y podrían no surtir el efecto deseado.
- Pero lo que sin duda más nos ayudará a evitar los microsueños son unos buenos hábitos de descanso, consistentes en dormir al menos 7 horas en un horario razonable, y conducir de día por la mañana, cuando nuestro cuerpo está bien descansado y está acostumbrado a activarse para la jornada laboral. Al final, la sensatez es la madre de todas las soluciones.
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