El estado de salud influye directamente en la conducción, por ello desde 2006 la Fundación MAPFRE lleva a cabo un programa de prevención llamado “Médicos por la Seguridad Vial”, cuyo principal objetivo es que los propios médicos se conviertan en prescriptores de la seguridad vial, y sean los encargados de prevenir al paciente sobre los efectos de los fármacos en la conducción. Una iniciativa que cuenta con el apoyo explícito del Ministerio de Sanidad y Consumo y de la Organización Médica Colegial.
Profesionales de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN) explican, en su 38 congreso llevado a cabo a finales del pasado mes de octubre – 26 al 29 – en Santiago, que existe una estrecha correlación entre el estado de salud y la forma de conducción, definiendo los accidentes de tráfico como accidentes evitables. De esta manera, recuerdan la importancia de prevenir los accidentes desde las consultas, informando a los pacientes sobre la necesidad de analizar los medicamentos que influyen en la conducción, los peligros que conllevan al volante y sus efectos secundarios.
Los medicamentos, implicados también en los accidentes de tráfico
El 5% de los accidentes de tráfico que se producen en España están relacionados con los efectos que producen los medicamentos y sólo el 17% de los conductores reconocen estar bajo tratamiento farmacológico, según el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos.
Más preocupante es aún que 8 de cada 10 personas que toman medicación nunca han sido advertidos de los efectos negativos de éstos fármacos en la conducción. Lasomnolencia, los mareos o las alteraciones de la visión, son algunas de las reacciones adversas que producen los medicamentos sobre la capacidad de conducir, señalan desde la Asociación DIA de Víctimas de Accidentes, dedicada a la atención integral de víctimas de accidentes, especialmente de tráfico, en el plano psicológico, además de realizar labores de concienciación y educación en seguridad vial.
También disminuyen la capacidad al volante
Desde “Médicos por la Seguridad Vial” avisan que muchas de las posibles reacciones adversas a los medicamentos pueden disminuir la capacidad al volante. Tanto es así que, según estimaciones, cerca del 10% de los accidentes de tráfico se deben a maniobras incorrectas del conductor, por consumo de medicamentos que alteran la capacidad de conducir.
Según este colectivo, en la Unión Europea el 10% de los muertos o lesionados por accidentes de tráfico habían tomado algún tipo de medicación psicoactiva. Además, cerca del 30% de los conductores se encuentra en tratamiento y de éstos, más del 64% toma dos o más fármacos simultáneamente.
Desde el Consejo General de Colegios Profesionales Farmacéuticos recuerdan que un 25% de los medicamentos incluyen un pictograma que alerta sobre la posible interacción con la conducción, remitiendo al paciente a la información incluida en la sección “conducción y uso de máquinas”, del prospecto. Tal y como lo establece el Real Decreto 1345/2007.
¿Cómo se clasifican los medicamentos?
La Unión Europea clasifica los medicamentos en función de sus efectos, en tres grandes categorías:
Categoría I: medicamentos susceptibles de producir efectos moderados sobre la capacidad de conducir.
Categoría II: medicamentos susceptibles de producir efectos intensos sobre la capacidad de conducir.
Categoría III: medicamentos susceptibles de producir efectos muy severos sobre la capacidad de conducir.
¿Qué efectos producen?
Uno de los efectos adversos que un medicamento puede producir en el conductor es lassomnolencia o efecto sedante, aunque también puede tener otros como la reducción de los reflejos y el aumento del tiempo de reacción, la alteración de la percepción de las distancias, estados de confusión, alteraciones musculares o alteraciones oftalmológicas.
Desde el Consejo General de Colegios Profesionales Farmacéuticos avisan que los grupos de medicamentos con mayor efecto en la conducción son aquellos que actúan sobre el sistema nervioso central: antidepresivos, ansiolíticos, hipnóticos, antipsicóticos, así como los antihistamínicos empleados para el tratamiento de la alergia (con un efecto mínimo en los de nueva generación, caso de la loratadina y mizolastina); los relajantes musculares, algunos colirios y numerosos inmunomoduladores.
¿Qué se recomienda?
En todos los casos y con el fin de evitar posibles efectos, desde Médicos por la Seguridad Vial, se recomienda evitar conducir cuando se inicia un tratamiento que potencialmente pueda disminuir bien la capacidad visual o los reflejos. Además, se debe prestar especial atención en la administración conjunta de varios medicamentos. Por descontado, queda terminantemente prohibido el consumo de alcohol.
En cualquier caso, cada situación debe ser valorada de manera individual, subrayan, puesto que un mismo medicamento no afecta de la misma manera a una personas que a otra.
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