martes, 26 de septiembre de 2017

Cómo mejorar la visibilidad de los ciclistas

Cada vez son más los usuarios que optan por la bicicleta para desplazarse por zonas urbanas o para disfrutar en su tiempo de ocio. Sin ir más lejos en España, uno de cada 10 españoles  –unos 3,8 millones– utilizan este medio de transporte, según el Barómetro de la Bicicleta 2015 realizado por la Red de Ciudades por la Bicicleta. El hecho de que muchos usuarios utilicen este medio de transporte se debe a que ocupa menos que un coche, no hacen ruido y tienen más facilidad para encontrar aparcamiento y hacer frente a los atascos. Sin embargo, es un vehículo mucho más vulnerable, ya que por su volumen, espoco visible para camiones,  furgonetas, coches e incluso motos.
Precisamente esa vulnerabilidad es la que tiene que tener presente el ciclista y aumentar al máximo la precaución.  Una de las acciones fundamentales para mejorar la seguridad vial es hacerse ver por el resto de los usuarios de la vía, no solo en condiciones de baja luminosidad sino a plena luz, circulando de manera visible y previsible, señalizando en todo momento las maniobras. Según datos de la DGT, un 31 % de los ciclistas no percibe el peligro de montar en bici sin luces por la noche y solo un 40 % afirma utilizar prendas o marcas reflectantes.  Desde el mismo organismo de Tráfico se hace especial  hincapié a todo lo que tiene que ver con la visibilidad del ciclista.
La visibilidad del ciclista es VITAL.
Conductor, cuidado en curvas. 
Ciclista, usa prendas reflectantes en carretera y ciudad.🚴


Hay momentos en la carretera en los que la convivencia entre  que conductores y ciclistas se hace difícil y conflictiva. Por ello, no solo hay que extremar la precaución por ambas partes, sobre todo de cara a los ciclistas por ser los más vulnerables y los que a la postre, en caso de accidente, se llevan la peor parte.
La manera más eficaz que puede emplear el ciclista para que el resto de usuarios de la vía puedan detectar su presencia y cuenten con tiempo suficiente de reacción es ponerse prendas o marcas reflectantes. De hecho, el Reglamento General de Circulación establece la obligatoriedad a utilizar material reflectante cuando se circula por la noche o por túneles y  ante condiciones climatológicas adversas. Este material, que debe brillar en la oscuridad y ser visible a una distancia de 150 metros, se encuentra en chalecos, cazadoras cortavientos, brazaletes, etc.

También es obligatorio conectar las luces de posición en la bicicleta –blanca en la parte delantera y roja en la trasera– cuando se circula por vía interurbana.  Estas luces de posición tienen que ir acompañadas de un catadióptrico no triangular del mismo color. Incluso se pueden añadir catadióptricos en color amarillo auto en los radios de las ruedas y opcionalmente y como recomendación, poner dos en cada pedal. No cumplir con esta normativa del Reglamento General de Vehículos conlleva una multa de 200 euros.

Tecnología para ser visible

Cuando te subas a una bicicleta debes  tratar siempre de evitar las prendas oscuras utilizando colores claros y llamativos. Aparte de las prendas que puedas utilizar se suma la tecnología, que en los últimos años ha dado un salto evolutivo en el sector de las bicicletas ofreciendo en el mercado sofisticados sistemas que aumentan no solo la visibilidad de este tipo de vehículos sino también la de los propios ciclistas. Tal es el caso de ‘revolight’, un sistema de leds blancos que se instalan en las ruedas y se iluminan cuando están en movimiento.
Otro interesante sistema, que es de gran ayuda a la hora de aumentar la visibilidad en carretera, es  ‘See.Sense.ICON’, una luz inteligente, que llega desde Irlanda del Norte y que cuenta con sensores que controlan la aceleración de la bici, el entorno y las condiciones ambientales. En base a estos parámetros, dicha luz se ilumina más deprisa o  menos y con mayor o menor intensidad.
Incluso fabricantes pioneros en tecnologías que mejoran la seguridad vial como es Volvo, cuenta desde 2015 con un spray reflectante para ciclistas denominado ‘Life Paint’, que permite aplicarse tanto a las prendas como a los elementos de la bicicleta. Además, es transparente, lavable y no afecta al color.

¡Ojo a las curvas!

Uno de los momentos más delicados en la visibilidad de los ciclistas se encuentra en las curvas donde la falta de visibilidad y el efecto sorpresa pueden jugarle una ‘mala pasada’ porque puede ocurrir que el coche no le vea y le pueda arrollar. Para evitar esta situación, los conductores deberán estar alerta y contemplar la posibilidad de que pueda aparecer un ciclista en cualquier momento y cualquier parte.
Por su parte los ciclistas, deben hacerse ver utilizando las citadas luces de posición, así como la ropa reflectante.
Tampoco está de más servirse de un buen timbre o bocina o incluso de una linterna de cabeza, sobre el casco de la bicicleta, para llamar la atención al resto de conductores cuando se encuentren en una curva, en una intersección o en un cruce. Al final, todas las medidas son pocas cuando lo que se trata es tener visibilidad, que les permita ir cada vez más seguros.


Fuente:DGT/Circula Seguro

viernes, 22 de septiembre de 2017

Cómo circular con seguridad en bicicleta por la ciudad

Seguimos celebrando la Semana Europea de la Movilidad. Esta vez nos centramos en la la bicicleta ya que es uno de esos medios de transporte calificados de ideal por las múltiples ventajas asociadas, principalmente en entorno urbano. Transitar en bicicleta por la ciudad ayuda tanto al que la utiliza, por el ejercicio físico y el ahorro en transporte que implica; como a los que hay a su alrededor, reduciendo el tránsito de vehículos y el impacto de las emisiones contaminantes. Las ciudades del Norte de Europa pueden dar buena cuenta ello.
Mientras tanto, en latitudes más cálidas, nos esforzamos para que el ciclismo urbano se integre poco a poco. Uno de los pilares fundamentales para garantizar esto es que los usuarios de la vía conozcan y respeten la normativa.  Vamos a repasar algunas de las directrices esenciales para los que se aventuren a coger la bicicleta por la ciudad.
Para fomentar la correcta utilización de la bicicleta por la ciudad, la Fundación MAPFRE ha lanzado la  campaña #EnMisPedales, que aúna recomendaciones para ciclistas, consejos para los conductores de coche y una serie de pautas para el respeto y la convivencia entre ambos. Un interesante contenido al que puedes acceder aquí.
Desde la Fundación MAPFRE recuerdan a los conductores la importancia de asegurarse de que no haya bicicletas a la hora de maniobrar o girar o el respeto de la distancia mínima de seguridad de 1,5 metros al adelantar a un ciclista.
La colaboración del resto de usuarios en el fomento del uso de la bicicleta por la ciudad es vital. Sin embargo, para el caso que nos ocupa, hemos de poner las manos en el manillar para tratar de ser mejores ciclistas urbanos.

Mimemos la bicicleta

Antes de dar la primera pedalada, tenemos que prestar atención a la bicicleta y sus elementos asociados. No debemos descuidar su mantenimiento, pues de este depende en buena medida nuestra seguridad. Tenemos que asegurarnos de que transmisiónfrenos y dirección funcionan correctamente, a la vez que los neumáticos se encuentran un buen estado y con una presión correcta (en las cubiertas podemos encontrar el rango de presión exacto que se ha de aplicar).
Bicicleta por la ciudad de París
Nuestra comodidad también es importante, de ahí que tengamos que tener en cuenta factores como la talla de la bicicleta, la postura según el tipo de bicicleta que se trate o el tipo de sillín y la altura del mismo. Las prendas que elijamos también van a influir en el confort de nuestras pedaladas.
La mayoría de estos consejos se pueden aplicar si la bicicleta es nuestra. Sin embargo, puede darse el caso de que utilicemos servicios de bicicleta compartida, como Bicimad en Madrid. En estos casos es esencial comprobar el estado de la bici antes de sacarla del tótem. Para ejemplo comentado de Bicimad, el portal web del ayuntamiento de Madrid posee una FAQ relacionada con algunos factores básico de las seguridad.

Casco e iluminación

No está de más que utilicemos el casco. Aunque el artículo Artículo 118 del Reglamento General de Circulación indica la obligatoriedad de usar un casco homologado siempre que circulemos fuera de poblado, se recomienda su uso general, y más teniendo en cuenta el mayor tránsito que encontramos en espacios urbanos.
La iluminación es otro aspecto imprescindible para circular en bicicleta por la ciudad. Debemos contar con un alumbrado mínimo: luz de posición blanca en la parte delantera, luz de posición roja en la parte trasera, catadióptrico rojo en la parte trasera que no sea triangular y opcionalmente catadióptricos amarillos en los radios de las ruedas y en los pedales.
Recordamos que según el Reglamento es obligatoria esta iluminación “entre el ocaso y la salida del sol, en pasos inferiores o túneles, o en vías urbanas o interurbanas insuficientemente iluminadas”. Estos sistemas han de ser visibles a una distancia mínima de 150 metros.

Circulando en bicicleta por la ciudad

Carril bici en Copenhague
Las situaciones que podemos encontrarnos “al manillar” son múltiples. Vamos a tratar de sintetizar las más relevantes. Como cualquier otro conductor, debemos poner toda nuestra atención. Conviene recordar que está prohibido circular bajo los efectos de las drogas o el alcohol. Lo mismo ocurre con el vetado uso del teléfono móvil o los auriculares. Estos últimos forman parte del decálogo de conductas de las que muchos ciclistas han de olvidarse.
En bicicleta por la ciudad se ha de transitar siempre en línea recta por el carril de la derecha, o bien, por el más cercano a la acera. No está permitido zigzaguear entre el resto de vehículos parados o en movimiento. Del mismo modo, hemos de mantener la distancia de seguridad de 1,5 metros con el vehículo que nos precede.
No podemos olvidarnos de la señalización, comprobando quien viene detrás de nosotros, e indicando con los brazos el sentido de nuestra maniobra. La Guía del Ciclista de la Fundación MAPFRE ofrece un contenido exhaustivo en este campo.
El respeto a estas normas no significa que el ciclistas se haya de amedrentar. Es importante que ocupemos el centro del carril para hacernos visibles y ceñirnos a nuestra derecha en caso de que nos adelanten. Relacionado con esto, hemos de prestar mucha atención a los vehículos detenidos o estacionados temporalmente en el carril.

Semáforos, aceras y peatones

Una de las fuentes de conflictos entre conductores, ciclistas y peatones son las intersecciones y las aceras. De estas últimas, recordamos una vez más que las bicicletas no pueden circular por la acera. Así lo estipula el Reglamento General de Circulación, de jerarquía superior a cualquier ordenanza municipal. Por mucho que el ayuntamiento local inste a ello a través de su potestad normativa, la norma superior se impone.
Si queremos llevar la bicicleta por la acera, debemos desmontar y empujarla a través de la misma. En esta situación debemos estar pendientes del resto de peatones que nos rodean.
Los ciclistas han de respetar las normas en las intersecciones, y sobre todo, no obviar los pasos de peatones y los semáforos en rojo. Al igual que muchos ciclistas en ciudad muestran un escrupuloso respeto a esta regla básica, los hay que siguen saltándose los semáforos. Esta situación entraña un riesgo mayúsculo. Además, hacen un flaco favor al resto del colectivo ciclista.

Carriles bici y ciclocarriles

Carril bici y peatonal
Los carriles bici y los ciclocarriles son una asignatura complicada en las grandes ciudades. Por una parte, acarrean una serie de ventajas indudables. Aumentan la seguridad de los ciclistas y fomentan el uso de la bicicleta por la ciudad. Por otra parte, no es todo oro lo que reluce. Hay mucho carriles que dejan mucho que desear.
La normativa sobre la obligatoriedad del carril bici tiene que ver con cómo están señalizados. En el caso de que encontremos la señal circular R-407a, tenemos la obligación de circular por el mismo. Esto, en algunas ocasiones, supone situaciones complicadas para algunos ciclistas. Por ejemplo, podemos encontrar casos de ayuntamientos que colocan esa señal en carriles bici de difícil tránsito para ciertos tipos de bicicleta.
De existir la R-407a, esta indica además exclusividad para los ciclos. Es decir, los peatones no pueden transitar por el carril bici. De ahí que muchos municipios, para cumplir más adecuadamente la normativa, sustituyan la mencionada señal por la S-35, informativa de la existencia del carril.

Y recuerda, no estás corriendo el Tour de Francia

Cumplir con  lo dicho tiene relación con circular a una velocidad adecuada. Como todos los vehículos, las bicicletas también han de respetar los límites de velocidad establecidos para cada vía. Se recomienda además que no sobrepasen los 40 km/h o los 20 km/h en zonas residenciales.
Estas recomendaciones son muy relevantes con el uso cada vez más popular de las bicicletas eléctricas. Tenemos que tener en cuenta la velocidad a la hora de acércanos a pasos de cebra, intersecciones, glorietas, o en condiciones de lluvia, nieve, nubes de polvo, niebla, etc.
Para alguien que pretende iniciarse en esto de circular en bicicleta por la ciudad, puede resultar algo apabullante tanta información. Sin embargo, según pasan los kilómetros, se comprueba cómo la normativa y los consejos se van interiorizando rápidamente. No es incompatible disfrutar de la bicicleta por la ciudad con el cumplimiento de las reglas y las recomendaciones.
Fuentes: DGT/Circula Seguro

martes, 19 de septiembre de 2017

Las seis normas para conducir por autovía de forma segura

Las cifras de siniestralidad de la última Operación Salida tienen una clara moraleja: por muy buenas que sean nuestras autovías, y por muy buenas que sean las condiciones de las que recorremos, siempre hay que respetar a rajatabla las normas de circulación y seguir al dedillo las recomendaciones de los expertos. Para que no tengas problemas con tus viajes este verano, vamos a repasar las 6 normas para conducir por autovía de forma segura.

Las autovías y autopistas no están exentas de peligros

La semana pasada tuvo lugar la segunda operación salida del verano de la DGT. Una operación salida atípica pues comenzó el pasado viernes 28 de julio y se prolongó hasta la noche del pasado martes 1 de agosto. Fue también de especialmente alto tráfico pues a los desplazamientos de inicio de vacaciones se sumaron los propios del fin de semana y los que se realizan con motivo de la operación Paso del Estrecho. En total han sido, según las estimaciones de la DGT, 8,3 millones de desplazamientos de largo recorrido en las carreteras españolas.
Así pues, durante esos días se han producido 18 accidentes de tráfico con un total de 22 víctimas mortales. Se da la circunstancia de que la mayoría de los fallecidos (13) han perdido la vida en vías de alta capacidad –autopistas y autovías–, a pesar de que como hemos dicho en otras ocasiones son las convencionales las que acaparan el 80% de los accidentes viales. También es reseñable que el accidente más grave, donde perdieron la vida tres jóvenes, tuvo lugar en la AP – 7, a la altura de Sant Celoni, a pesar de que también hemos visto aquí que las autopistas de peaje son las que están más cerca de la carretera perfecta.
Ante estos datos, vamos a profundizar en la normativa y recomendaciones para circular por estas vías de alta capacidad.
las 6 normas para conducir por autovía de forma segura: cuidado durante las operaciones de tráfico

1. Respetar los límites de velocidad

Olvida cualquier regla matemática o alternativa sobre la velocidad para adelantar o a la que salta el radar. En autovía y autopista, la velocidad máxima es 120 km/h, sin excepción. Incluso para adelantar, pues a diferencia de lo que ocurre en vías convencionales, no debemos invadir el carril contrario y podremos rebasar con total seguridad al vehículo a esa velocidad.

2. Mantener la distancia de seguridad

La distancia de seguridad es, como sabemos, la distancia mínima que debemos mantener con los vehículos que tenemos delante. Es caso de que alguno de éstos tenga algún percance, esta distancia es la que nos dará el tiempo suficiente para frenar y evitar colisionar.
Cada vez son más frecuentes (aunque todavía son insuficientes) los chevrones o galones, esas marcas viales que nos sirven de referencia para poder mantener la distancia de seguridad. Las veremos principalmente en autovías y autopistas, pues es en este tipo de vías con mayor límite de velocidad donde debemos ser más cuidadosos con la distancia de seguridad. A mayor velocidad de nuestro vehículo, mayor distancia de seguridad.
las 6 normas para conducir por autovía de forma segura: mirar por los retrovisores

3. Mirar por los espejos retrovisores

En la tarea de poder anticiparnos a cualquier eventualidad en la vía, el retrovisor será uno de nuestros mejores aliados. Gracias a ellos, podremos incorporarnos con seguridad por los carriles de incorporación y tendremos controlados a aquellos vehículos que circulan por detrás de nosotros. Así, sabremos si mantienen la distancia de seguridad o si tienen la intención de adelantarnos.
Esto es especialmente importante, porque hay que tener en cuenta que mirar por el retrovisor no es un consejo, sino una obligación. En caso de percance, aunque tú estés por delante, esto no te exime de tu responsabilidad si el vehículo anterior ha señalizado correctamente la maniobra de adelantamiento.
Otra norma básica con respecto al retrovisor en las autovías y autopistas es la obligación de mirar antes de señalizar y realizar cualquier maniobra. Así que no te olvides de esta regla: mirar por el retrovisor – señalizar con el intermitente – realizar la maniobra.

4. Usar los intermitentes para señalizar cualquier movimiento

El uso del intermitente para señalizar nuestros movimientos es una de las normas básicas del código de circulación. Es de las primeras cosas que aprendemos en la autoescuela, y  de las faltas que se sancionan como grave si no lo hacemos en el examen. Aun así, es muy frecuente –demasiado– encontrarnos con conductores de los que conducen “como si estuvieran en su casa” que pasan de señalizar sus movimientos.
En autovía y autopista es más importante si cabe el uso del intermitente. Siendo mayor la velocidad a la que circulamos, el tiempo de reacción ante cualquier eventualidad es menor. Por eso debemos accionarlo para señalizar cualquier movimiento o maniobra que realicemos: adelantamientos (antes y después), incorporaciones o salidas desde un carril de incorporación, cualquier cambio de carril, etc. Y recuerda, el intermitente se pone ANTES de realizar el movimiento, NO CUANDO ya estamos realizándolo.
las 6 normas para conducir por autovía de forma segura: usar los intermitentes

5. Respetar a los vehículos que se incorporan a la vía

Los carriles de incorporación fueron un pequeño gran avance de la ingeniería que facilitaba la incorporación de los vehículos a las vías convencionales y evitaba muchos peligros de los cruces normales. Con la llegada de las autopistas y autovías, aparecieron también los carriles de aceleración, que además de la incorporación permitían hacerlo a la velocidad adecuada la de la vía.
Pero como es lógico, cuando los vehículos se incorporan a través de estos carriles, lo harán al carril de la derecha. La seguridad en dicha maniobra radica en que puedan hacerlo a la velocidad habitual de la vía. Por ello, debes facilitarles la incorporación cambiándote al carril de la izquierda. Si no fuera así y estos vehículos no tuviesen el espacio suficiente, tendrían que aminorar la marcha ante el final del carril y podrían tener que aminorar la marcha, con el consecuente peligro que ello podría producir.

6. Circular por el carril derecho

Aunque son bastantes las circunstancias en las que podemos usar los carriles centrales e izquierdo en una autovía o autopista (para adelantar, para permitir la incorporación a la vía de otro vehículo, para tomar una salida o desvío), como normal general siempre hay que circular por el carril derecho.
No es una cuestión de gustos, sino de que podremos entorpecer significativamente el tráfico. Como sabemos, no podemos adelantar por la derecha y si alguien nos quiere superar, tendrá que hacerlo por otro carril más a la izquierda o simplemente aminorar la marcha. Es una norma tan básica que se trata de una infracción tipificada como grave en la Ley de Tráfico y nos pueden sancionar con 200 euros.

Imágenes | iStock: TomasSeredaAlexandragl119mas05Rasica

Fuente:DGT/Circula Seguro

martes, 12 de septiembre de 2017

Acrofobia, agorafobia o la gefirofobia: las fobias desconocidas que afectan a la conducción

Una fobia es un temor extremadamente irracionalintenso, de carácter enfermizo y constante que impide afrontar ciertos escenarios. Curiosamente, a la conducción se le han atribuido muchas más de las que podríamos imaginar: miedo a padecer accidentes viales (distiquifobia), a sentarse en un vehículo (catisofobia), a viajar en carretera (hodofobia) o a conducir por una calle estrecha (estenofobia), son solo algunos ejemplos.
De los citados arriba, y a pesar que parezcan reales, ninguno está reconocido por la Sociedad Española de Psiquiatría, que sólo admite aquellos de los que tiene documentación basada en evidencias. Te traemos tres términos de fobias reconocidas y comprobadas científicamente ¿Quieres saber de qué se tratan?
Acrofobia, agorafobia y gefirofobia se encuentran relacionadas con la conducción y resultan ser un verdadero problema para aquellas personas que las sufren en su día a día.
La comunidad médica advierte que tales fobias presentes son fruto de experiencias traumáticas pasadas. En el caso de que sufras alguno de estos miedos que te mostramos a continuación, es muy posible que hayas vivido una experiencia poco agradable en tu infancia en la carretera.  Y ,aunque creas no haberlos vivido nunca, los médicos aseguran que en un gran número de ocasiones la persona no recuerda haber pasado por una experiencia traumática.
Si una persona está expuesta a la fuente que provoca cualquiera de estas fobias, esta puede interferir en su funcionamiento normal, generando un estado de gran ansiedad e incluso un nivel de pánico que lleve a un bloqueo al volante.
A continuación, te explicamos en qué consiste cada una.

La acrofobia y el miedo a las alturas al conducir

Aunque en un principio te pueda parecer una invención, este término está admitido. Significa tener un miedo extremo a las alturas (precipicio, pendiente pronunciada, miradores, etc), que en el acto de conducir se producen en las carreteras de montaña al circular al borde de desfiladeros y atravesar precipicios. También puede aflorar esta fobia a quien la padece en las cuestas muy pronunciadas y los viaductos considerablemente elevados.
Este tipo de fobia afecta a entre un 2 y un 5 % de la población, y es mucho más frecuente en mujeres que en hombres, según comenta el psicólogo Arturo Torres a través de su blog Psicología y Mente, entre los síntomas que se manifiestan en la acrofobia se encuentran “agitación y tensión muscular, ansiedad, pánico, pérdida de control, taquicardia y dolor de cabeza”.
Su tratamiento implica “enfrentarse a la fuente del miedo gradualmente, estableciendo objetivos simples y a corto plazo”, según manifiesta este psicólogo.
Para poder hacerlo se puede “ir físicamente a lugares elevados, al principio acompañados de un psicoterapeuta o utilizar elrecurso de la realidad virtual”, señala.
También aclara que para realizar la mencionada exposición es “imprescindible contar con la supervisión y dirección de un profesional suficientemente instruido en estas técnicas y que esté dedicado al ámbito de la psicología de la salud”.

Agorafobia, el miedo a espacio a abiertos o incluso a viajar

Esta fobia está identificada con el miedo que tiene alguien a estar en espacios abiertos, salir de casa o incluso viajar. Pero los que la padecen sienten un miedo aterrador a sufrir un ataque de ansiedad en algún sitio concreto y no poder escapar con rapidez. Es por ello que un automóvil es un lugar poco aconsejado para quienes la padecen.
La motivación del temor a los espacios abiertos radica en la “posibilidad de sufrir un ataque de pánico, en medio de una muchedumbre y no tener a alguien de confianza a su lado o algún refugio donde acudir, como por ejemplo su hogar”, puntualiza Valentina Martín, psicóloga asentada en Madrid, a través de su blog fobias raras.
Las personas agorafóbicas suelen experimentar  “pérdida de control y una desagradable sensación de impotencia al sentirse expuestos”, afirma.
Para Valentina, la “agorafobia es un asunto muy serio si no es tratado oportunamente, pudiendo llegar a limitar las actividades diarias de una persona, convirtiéndola en una persona dependiente”.

La gefirofobia, miedo a cruzar puentes

Este término científicamente correcto tiene que ver con el miedo que sufre alguien al tener que cruzar un puente por la sensación que le produce creer que caerá hacia abajo.
Para un gefirofóbico “conducir a través de un puente o ver alguno incluso en fotos o películas puede causarle un ataque de ansiedad”, apunta Valentina Martín.
A menudo los pacientes con gefirofobia reconocen que su ”temor es injustificado e irracional, pero se sienten completamente incapaces de manejarlo”.
Esta es una fobia relativamente sencilla de diagnosticar a las personas que la padecen y los factores comunes que inciden en el desarrollo de la misma son patrones de conducta adquirida, como es el hecho de imitar a otra persona de influencia en su vida que expresaba este miedo, así como experiencias traumáticas.
Precisamente de éstas últimas, Valentina Martín cuenta el caso de una joven gefirofóbica a la que atendió y cuyo trastorno se originó en la niñez, cuando “de forma casual presenció la acción suicida de un hombre que se arrojó al vacío desde la altura del Viaducto de Segovia. Desde ese momento comenzó a desarrollar gefirofobia y acrofobia”.
La gefirofobia es una patología “muy debilitante que puede incapacitar para conducir y perjudicar las opciones de una persona a determinada oportunidad laboral por lo que si se padece es urgente solicitar asistencia profesional”, concluye.

Fuente: DGT/Circula Seguro