Cada vez son más los usuarios que optan por la bicicleta para desplazarse por zonas urbanas o para disfrutar en su tiempo de ocio. Sin ir más lejos en España, uno de cada 10 españoles –unos 3,8 millones– utilizan este medio de transporte, según el Barómetro de la Bicicleta 2015 realizado por la Red de Ciudades por la Bicicleta. El hecho de que muchos usuarios utilicen este medio de transporte se debe a que ocupa menos que un coche, no hacen ruido y tienen más facilidad para encontrar aparcamiento y hacer frente a los atascos. Sin embargo, es un vehículo mucho más vulnerable, ya que por su volumen, espoco visible para camiones, furgonetas, coches e incluso motos.
Precisamente esa vulnerabilidad es la que tiene que tener presente el ciclista y aumentar al máximo la precaución. Una de las acciones fundamentales para mejorar la seguridad vial es hacerse ver por el resto de los usuarios de la vía, no solo en condiciones de baja luminosidad sino a plena luz, circulando de manera visible y previsible, señalizando en todo momento las maniobras. Según datos de la DGT, un 31 % de los ciclistas no percibe el peligro de montar en bici sin luces por la noche y solo un 40 % afirma utilizar prendas o marcas reflectantes. Desde el mismo organismo de Tráfico se hace especial hincapié a todo lo que tiene que ver con la visibilidad del ciclista.
Hay momentos en la carretera en los que la convivencia entre que conductores y ciclistas se hace difícil y conflictiva. Por ello, no solo hay que extremar la precaución por ambas partes, sobre todo de cara a los ciclistas por ser los más vulnerables y los que a la postre, en caso de accidente, se llevan la peor parte.
La manera más eficaz que puede emplear el ciclista para que el resto de usuarios de la vía puedan detectar su presencia y cuenten con tiempo suficiente de reacción es ponerse prendas o marcas reflectantes. De hecho, el Reglamento General de Circulación establece la obligatoriedad a utilizar material reflectante cuando se circula por la noche o por túneles y ante condiciones climatológicas adversas. Este material, que debe brillar en la oscuridad y ser visible a una distancia de 150 metros, se encuentra en chalecos, cazadoras cortavientos, brazaletes, etc.
También es obligatorio conectar las luces de posición en la bicicleta –blanca en la parte delantera y roja en la trasera– cuando se circula por vía interurbana. Estas luces de posición tienen que ir acompañadas de un catadióptrico no triangular del mismo color. Incluso se pueden añadir catadióptricos en color amarillo auto en los radios de las ruedas y opcionalmente y como recomendación, poner dos en cada pedal. No cumplir con esta normativa del Reglamento General de Vehículos conlleva una multa de 200 euros.
Tecnología para ser visible
Cuando te subas a una bicicleta debes tratar siempre de evitar las prendas oscuras utilizando colores claros y llamativos. Aparte de las prendas que puedas utilizar se suma la tecnología, que en los últimos años ha dado un salto evolutivo en el sector de las bicicletas ofreciendo en el mercado sofisticados sistemas que aumentan no solo la visibilidad de este tipo de vehículos sino también la de los propios ciclistas. Tal es el caso de ‘revolight’, un sistema de leds blancos que se instalan en las ruedas y se iluminan cuando están en movimiento.
Otro interesante sistema, que es de gran ayuda a la hora de aumentar la visibilidad en carretera, es ‘See.Sense.ICON’, una luz inteligente, que llega desde Irlanda del Norte y que cuenta con sensores que controlan la aceleración de la bici, el entorno y las condiciones ambientales. En base a estos parámetros, dicha luz se ilumina más deprisa o menos y con mayor o menor intensidad.
Incluso fabricantes pioneros en tecnologías que mejoran la seguridad vial como es Volvo, cuenta desde 2015 con un spray reflectante para ciclistas denominado ‘Life Paint’, que permite aplicarse tanto a las prendas como a los elementos de la bicicleta. Además, es transparente, lavable y no afecta al color.
¡Ojo a las curvas!
Uno de los momentos más delicados en la visibilidad de los ciclistas se encuentra en las curvas donde la falta de visibilidad y el efecto sorpresa pueden jugarle una ‘mala pasada’ porque puede ocurrir que el coche no le vea y le pueda arrollar. Para evitar esta situación, los conductores deberán estar alerta y contemplar la posibilidad de que pueda aparecer un ciclista en cualquier momento y cualquier parte.
Por su parte los ciclistas, deben hacerse ver utilizando las citadas luces de posición, así como la ropa reflectante.
Tampoco está de más servirse de un buen timbre o bocina o incluso de una linterna de cabeza, sobre el casco de la bicicleta, para llamar la atención al resto de conductores cuando se encuentren en una curva, en una intersección o en un cruce. Al final, todas las medidas son pocas cuando lo que se trata es tener visibilidad, que les permita ir cada vez más seguros.
Fotos | (Setsuko) Anazaki, JaggerII
Fuente:DGT/Circula Seguro