viernes, 6 de octubre de 2017

Guía completa sobre los límites de velocidad



La velocidad en carretera es un tema sobre el que se ha escrito mucho. Es un factor que afecta al tiempo del viaje, al consumo de combustible, a la seguridad (tiempos de respuesta y frenada, energía en el impacto…).
Sin embargo, muchos conductores siguen teniendo dudas sobre cuál es la velocidad máxima en una vía, a qué velocidad mínima podemos circular por ella, cuántos puntos nos retiran si infringimos los límites o qué señal tiene preferencia en cuanto a velocidad.

Velocidad máxima de una vía

La velocidad máxima de una vía se define como la velocidad más elevada a la que se nos permite circular. Podríamos hacerlo a una velocidad mayor (los vehículos actuales lo facilitan), pero en ese caso estaríamos infringiendo el Reglamento de Tráfico.
Este, en su Artículo 48 recoge dos tipos de velocidades máximas:
  • Velocidad genérica máxima, que viene dada por el tipo de vía y sus características, así como el tipo de vehículo, que no tiene por qué ir señalizada.
  • Velocidad específica máxima, atribuida a características concretas de la vía, siempre va señalizada, y no depende del tipo de vehículo.

Velocidad máxima en autopistas

Por ejemplo, la velocidad genérica máxima para turismos y motos en autopistas es de 120 km/h. Eso significa que si circulamos con nuestro coche por una autopista, al margen de si existe una señal R-301 (corona roja y velocidad máxima en km/h en negro), podremos circular a una velocidad máxima de 120 km/h.
Si en esa misma carretera encontramos una R-301 que limite a 100 km/h, tendrá preferencia esta última, ya que prevalece la más restrictiva. En muchas ocasiones estas dos velocidades máximas coinciden, y las señales R-301 a «120» son meros recordatorios de la velocidad máxima, como es el caso de la autopista de abajo:
Velocidad máxima a 120 km/h en autopista
Para autobuses, vehículos derivados de turismos y vehículos mixtos adaptables en autopista el límite genérico máximo es de 100 km/h independientemente de que la R-301 marque «120», ya que esta velocidad hace referencia a la velocidad máxima de la vía.
Camiones, vehículos articulados, conjuntos de vehículos, furgones, autocaravanas y automóviles con remolque de hasta 750 kilogramos tendrán como velocidad genérica máxima 90 kilómetros por hora.

Velocidad máxima en carreteras convencionales

En carreteras convencionales la velocidad máxima para turismos y motocicletas es de 100 km/h siempre y cuando estas tengan más de 1,5 m de arcén, y 90 km/h si no lo tienen.
Los autobuses, vehículos derivados de turismos y vehículos mixtos tienen como límite 90 y 80 km/h (con y sin ese 1,5 m de arcén) respectivamente; y los camiones, tractocamiones, furgones, autocaravanas, vehículos articulados y automóviles, 80 y 70 km/h.


Con respecto a los vehículos de tres ruedas y cuadriciclos, la velocidad máxima es de 70 km/h, y las bicicletas tienen el límite superior en 45 km/h. No obstante, no todas las carreteras convencionales permiten el paso a estos dos vehículos.

Velocidad máxima en vías urbanas

De manera general, la velocidad máxima para cualquier tipo de vehículo es de 50 km/h, o de 40 km/h si estos transportan mercancías peligrosas. Dicho esto, las señales de velocidad específica máxima pueden rebajar este máximo a 40, 30, 20 e incluso 10 km/h a través de señales verticales u horizontales (como la que acompaña a los ciclocarriles).
Ciclocarril a 30 km/h de velocidad máxima
Como norma general, la velocidad mínima genérica es la mitad de la velocidad máxima genérica, aunque hay excepciones como la que encontramos en el uso de la bicicleta. En vías urbanas las bicicletas tienen como velocidad genérica máxima 45 km/h, pero una mínima de 25 km/h.
La velocidad mínima específica se calcula del mismo modo, dividiendo entre dos la velocidad máxima específica. En el caso de la fotografía de arriba, los vehículos pueden circular por el carril a 15 km/h.

¿Puedo superar el límite de velocidad para adelantar?

Sí, en 20 km/h, pero no en todos los casos ni todas las vías. Por ejemplo, queda prohibido rebasar el límite máximo específico en autovía o en suelo urbano. Es decir, no podremos poner nuestro vehículo a 140 km/h o 70 km/h respectivamente. Además, tampoco podremos adelantar así si hay una señal R-301 específica que limite aún más la velocidad en una vía. Pongamos un ejemplo.
Si circulamos por una carretera convencional con 1,5 m de arcén con un turismo, podemos circular con un turismo a una velocidad máxima de 100 km/h. Para adelantar…
  • Si el vehículo de delante va a esa velocidad, no podemos adelantarle porque ya circula a la velocidad máxima que nosotros alcanzaríamos delante del mismo.
  • Si el vehículo de delante va a menos velocidad que la máxima de la vía, podremos adelantarle a un máximo de 120 km/h.
  • Pero no podremos hacerlo si:
    • Hay señales que impidan el adelantamiento;
    • Una señal R-301 específica nos limita a 100 km/h o una velocidad inferior.

¿A qué velocidad saltan los radares, y de cuánto es la multa?

A veces las distracciones al volante hacen que rebasemos el límite de velocidad, y nos preguntamos a qué velocidad salta un radar. Tanto en los radares fijos como en los móviles hay un posible error de medida que debe ser contemplado, por lo que el radar no salta a la velocidad máxima de la vía, sino que tiene cierta holgura.
Esta es de 7 km/h en límites inferiores a 100 km/h y del 7% en superiores. Es decir, en base al límite de velocidad (arriba) el radar se activa a la velocidad de abajo:
Limites velocidad a la que salta un radar
La multa por rebasar estas velocidades es de 100 a 600 euros y la pérdida de 2 a 6 puntos del carné, dependiendo del exceso de velocidad cometido. En la sede electrónica de la DGT encontramos las tablas actualizadas a mayo de 2010 (pero vigentes):
Cuadro para excesos de velocidad multa puntos

Fuentes: DGT/Circula Seguro

martes, 26 de septiembre de 2017

Cómo mejorar la visibilidad de los ciclistas

Cada vez son más los usuarios que optan por la bicicleta para desplazarse por zonas urbanas o para disfrutar en su tiempo de ocio. Sin ir más lejos en España, uno de cada 10 españoles  –unos 3,8 millones– utilizan este medio de transporte, según el Barómetro de la Bicicleta 2015 realizado por la Red de Ciudades por la Bicicleta. El hecho de que muchos usuarios utilicen este medio de transporte se debe a que ocupa menos que un coche, no hacen ruido y tienen más facilidad para encontrar aparcamiento y hacer frente a los atascos. Sin embargo, es un vehículo mucho más vulnerable, ya que por su volumen, espoco visible para camiones,  furgonetas, coches e incluso motos.
Precisamente esa vulnerabilidad es la que tiene que tener presente el ciclista y aumentar al máximo la precaución.  Una de las acciones fundamentales para mejorar la seguridad vial es hacerse ver por el resto de los usuarios de la vía, no solo en condiciones de baja luminosidad sino a plena luz, circulando de manera visible y previsible, señalizando en todo momento las maniobras. Según datos de la DGT, un 31 % de los ciclistas no percibe el peligro de montar en bici sin luces por la noche y solo un 40 % afirma utilizar prendas o marcas reflectantes.  Desde el mismo organismo de Tráfico se hace especial  hincapié a todo lo que tiene que ver con la visibilidad del ciclista.
La visibilidad del ciclista es VITAL.
Conductor, cuidado en curvas. 
Ciclista, usa prendas reflectantes en carretera y ciudad.🚴


Hay momentos en la carretera en los que la convivencia entre  que conductores y ciclistas se hace difícil y conflictiva. Por ello, no solo hay que extremar la precaución por ambas partes, sobre todo de cara a los ciclistas por ser los más vulnerables y los que a la postre, en caso de accidente, se llevan la peor parte.
La manera más eficaz que puede emplear el ciclista para que el resto de usuarios de la vía puedan detectar su presencia y cuenten con tiempo suficiente de reacción es ponerse prendas o marcas reflectantes. De hecho, el Reglamento General de Circulación establece la obligatoriedad a utilizar material reflectante cuando se circula por la noche o por túneles y  ante condiciones climatológicas adversas. Este material, que debe brillar en la oscuridad y ser visible a una distancia de 150 metros, se encuentra en chalecos, cazadoras cortavientos, brazaletes, etc.

También es obligatorio conectar las luces de posición en la bicicleta –blanca en la parte delantera y roja en la trasera– cuando se circula por vía interurbana.  Estas luces de posición tienen que ir acompañadas de un catadióptrico no triangular del mismo color. Incluso se pueden añadir catadióptricos en color amarillo auto en los radios de las ruedas y opcionalmente y como recomendación, poner dos en cada pedal. No cumplir con esta normativa del Reglamento General de Vehículos conlleva una multa de 200 euros.

Tecnología para ser visible

Cuando te subas a una bicicleta debes  tratar siempre de evitar las prendas oscuras utilizando colores claros y llamativos. Aparte de las prendas que puedas utilizar se suma la tecnología, que en los últimos años ha dado un salto evolutivo en el sector de las bicicletas ofreciendo en el mercado sofisticados sistemas que aumentan no solo la visibilidad de este tipo de vehículos sino también la de los propios ciclistas. Tal es el caso de ‘revolight’, un sistema de leds blancos que se instalan en las ruedas y se iluminan cuando están en movimiento.
Otro interesante sistema, que es de gran ayuda a la hora de aumentar la visibilidad en carretera, es  ‘See.Sense.ICON’, una luz inteligente, que llega desde Irlanda del Norte y que cuenta con sensores que controlan la aceleración de la bici, el entorno y las condiciones ambientales. En base a estos parámetros, dicha luz se ilumina más deprisa o  menos y con mayor o menor intensidad.
Incluso fabricantes pioneros en tecnologías que mejoran la seguridad vial como es Volvo, cuenta desde 2015 con un spray reflectante para ciclistas denominado ‘Life Paint’, que permite aplicarse tanto a las prendas como a los elementos de la bicicleta. Además, es transparente, lavable y no afecta al color.

¡Ojo a las curvas!

Uno de los momentos más delicados en la visibilidad de los ciclistas se encuentra en las curvas donde la falta de visibilidad y el efecto sorpresa pueden jugarle una ‘mala pasada’ porque puede ocurrir que el coche no le vea y le pueda arrollar. Para evitar esta situación, los conductores deberán estar alerta y contemplar la posibilidad de que pueda aparecer un ciclista en cualquier momento y cualquier parte.
Por su parte los ciclistas, deben hacerse ver utilizando las citadas luces de posición, así como la ropa reflectante.
Tampoco está de más servirse de un buen timbre o bocina o incluso de una linterna de cabeza, sobre el casco de la bicicleta, para llamar la atención al resto de conductores cuando se encuentren en una curva, en una intersección o en un cruce. Al final, todas las medidas son pocas cuando lo que se trata es tener visibilidad, que les permita ir cada vez más seguros.


Fuente:DGT/Circula Seguro

viernes, 22 de septiembre de 2017

Cómo circular con seguridad en bicicleta por la ciudad

Seguimos celebrando la Semana Europea de la Movilidad. Esta vez nos centramos en la la bicicleta ya que es uno de esos medios de transporte calificados de ideal por las múltiples ventajas asociadas, principalmente en entorno urbano. Transitar en bicicleta por la ciudad ayuda tanto al que la utiliza, por el ejercicio físico y el ahorro en transporte que implica; como a los que hay a su alrededor, reduciendo el tránsito de vehículos y el impacto de las emisiones contaminantes. Las ciudades del Norte de Europa pueden dar buena cuenta ello.
Mientras tanto, en latitudes más cálidas, nos esforzamos para que el ciclismo urbano se integre poco a poco. Uno de los pilares fundamentales para garantizar esto es que los usuarios de la vía conozcan y respeten la normativa.  Vamos a repasar algunas de las directrices esenciales para los que se aventuren a coger la bicicleta por la ciudad.
Para fomentar la correcta utilización de la bicicleta por la ciudad, la Fundación MAPFRE ha lanzado la  campaña #EnMisPedales, que aúna recomendaciones para ciclistas, consejos para los conductores de coche y una serie de pautas para el respeto y la convivencia entre ambos. Un interesante contenido al que puedes acceder aquí.
Desde la Fundación MAPFRE recuerdan a los conductores la importancia de asegurarse de que no haya bicicletas a la hora de maniobrar o girar o el respeto de la distancia mínima de seguridad de 1,5 metros al adelantar a un ciclista.
La colaboración del resto de usuarios en el fomento del uso de la bicicleta por la ciudad es vital. Sin embargo, para el caso que nos ocupa, hemos de poner las manos en el manillar para tratar de ser mejores ciclistas urbanos.

Mimemos la bicicleta

Antes de dar la primera pedalada, tenemos que prestar atención a la bicicleta y sus elementos asociados. No debemos descuidar su mantenimiento, pues de este depende en buena medida nuestra seguridad. Tenemos que asegurarnos de que transmisiónfrenos y dirección funcionan correctamente, a la vez que los neumáticos se encuentran un buen estado y con una presión correcta (en las cubiertas podemos encontrar el rango de presión exacto que se ha de aplicar).
Bicicleta por la ciudad de París
Nuestra comodidad también es importante, de ahí que tengamos que tener en cuenta factores como la talla de la bicicleta, la postura según el tipo de bicicleta que se trate o el tipo de sillín y la altura del mismo. Las prendas que elijamos también van a influir en el confort de nuestras pedaladas.
La mayoría de estos consejos se pueden aplicar si la bicicleta es nuestra. Sin embargo, puede darse el caso de que utilicemos servicios de bicicleta compartida, como Bicimad en Madrid. En estos casos es esencial comprobar el estado de la bici antes de sacarla del tótem. Para ejemplo comentado de Bicimad, el portal web del ayuntamiento de Madrid posee una FAQ relacionada con algunos factores básico de las seguridad.

Casco e iluminación

No está de más que utilicemos el casco. Aunque el artículo Artículo 118 del Reglamento General de Circulación indica la obligatoriedad de usar un casco homologado siempre que circulemos fuera de poblado, se recomienda su uso general, y más teniendo en cuenta el mayor tránsito que encontramos en espacios urbanos.
La iluminación es otro aspecto imprescindible para circular en bicicleta por la ciudad. Debemos contar con un alumbrado mínimo: luz de posición blanca en la parte delantera, luz de posición roja en la parte trasera, catadióptrico rojo en la parte trasera que no sea triangular y opcionalmente catadióptricos amarillos en los radios de las ruedas y en los pedales.
Recordamos que según el Reglamento es obligatoria esta iluminación “entre el ocaso y la salida del sol, en pasos inferiores o túneles, o en vías urbanas o interurbanas insuficientemente iluminadas”. Estos sistemas han de ser visibles a una distancia mínima de 150 metros.

Circulando en bicicleta por la ciudad

Carril bici en Copenhague
Las situaciones que podemos encontrarnos “al manillar” son múltiples. Vamos a tratar de sintetizar las más relevantes. Como cualquier otro conductor, debemos poner toda nuestra atención. Conviene recordar que está prohibido circular bajo los efectos de las drogas o el alcohol. Lo mismo ocurre con el vetado uso del teléfono móvil o los auriculares. Estos últimos forman parte del decálogo de conductas de las que muchos ciclistas han de olvidarse.
En bicicleta por la ciudad se ha de transitar siempre en línea recta por el carril de la derecha, o bien, por el más cercano a la acera. No está permitido zigzaguear entre el resto de vehículos parados o en movimiento. Del mismo modo, hemos de mantener la distancia de seguridad de 1,5 metros con el vehículo que nos precede.
No podemos olvidarnos de la señalización, comprobando quien viene detrás de nosotros, e indicando con los brazos el sentido de nuestra maniobra. La Guía del Ciclista de la Fundación MAPFRE ofrece un contenido exhaustivo en este campo.
El respeto a estas normas no significa que el ciclistas se haya de amedrentar. Es importante que ocupemos el centro del carril para hacernos visibles y ceñirnos a nuestra derecha en caso de que nos adelanten. Relacionado con esto, hemos de prestar mucha atención a los vehículos detenidos o estacionados temporalmente en el carril.

Semáforos, aceras y peatones

Una de las fuentes de conflictos entre conductores, ciclistas y peatones son las intersecciones y las aceras. De estas últimas, recordamos una vez más que las bicicletas no pueden circular por la acera. Así lo estipula el Reglamento General de Circulación, de jerarquía superior a cualquier ordenanza municipal. Por mucho que el ayuntamiento local inste a ello a través de su potestad normativa, la norma superior se impone.
Si queremos llevar la bicicleta por la acera, debemos desmontar y empujarla a través de la misma. En esta situación debemos estar pendientes del resto de peatones que nos rodean.
Los ciclistas han de respetar las normas en las intersecciones, y sobre todo, no obviar los pasos de peatones y los semáforos en rojo. Al igual que muchos ciclistas en ciudad muestran un escrupuloso respeto a esta regla básica, los hay que siguen saltándose los semáforos. Esta situación entraña un riesgo mayúsculo. Además, hacen un flaco favor al resto del colectivo ciclista.

Carriles bici y ciclocarriles

Carril bici y peatonal
Los carriles bici y los ciclocarriles son una asignatura complicada en las grandes ciudades. Por una parte, acarrean una serie de ventajas indudables. Aumentan la seguridad de los ciclistas y fomentan el uso de la bicicleta por la ciudad. Por otra parte, no es todo oro lo que reluce. Hay mucho carriles que dejan mucho que desear.
La normativa sobre la obligatoriedad del carril bici tiene que ver con cómo están señalizados. En el caso de que encontremos la señal circular R-407a, tenemos la obligación de circular por el mismo. Esto, en algunas ocasiones, supone situaciones complicadas para algunos ciclistas. Por ejemplo, podemos encontrar casos de ayuntamientos que colocan esa señal en carriles bici de difícil tránsito para ciertos tipos de bicicleta.
De existir la R-407a, esta indica además exclusividad para los ciclos. Es decir, los peatones no pueden transitar por el carril bici. De ahí que muchos municipios, para cumplir más adecuadamente la normativa, sustituyan la mencionada señal por la S-35, informativa de la existencia del carril.

Y recuerda, no estás corriendo el Tour de Francia

Cumplir con  lo dicho tiene relación con circular a una velocidad adecuada. Como todos los vehículos, las bicicletas también han de respetar los límites de velocidad establecidos para cada vía. Se recomienda además que no sobrepasen los 40 km/h o los 20 km/h en zonas residenciales.
Estas recomendaciones son muy relevantes con el uso cada vez más popular de las bicicletas eléctricas. Tenemos que tener en cuenta la velocidad a la hora de acércanos a pasos de cebra, intersecciones, glorietas, o en condiciones de lluvia, nieve, nubes de polvo, niebla, etc.
Para alguien que pretende iniciarse en esto de circular en bicicleta por la ciudad, puede resultar algo apabullante tanta información. Sin embargo, según pasan los kilómetros, se comprueba cómo la normativa y los consejos se van interiorizando rápidamente. No es incompatible disfrutar de la bicicleta por la ciudad con el cumplimiento de las reglas y las recomendaciones.
Fuentes: DGT/Circula Seguro